Un nuevo episodio de violencia en el ascenso se dio en el encuentro de la Primera Nacional este domingo: cuando miembros de la barrabrava de Chacarita agredieron a dirigentes de Deportivo Morón tras el empate 1-1 entre ambos equipos en el estadio del Funebrero. Los incidentes escalaron en el momento en que los barras fueron a buscar a los dirigentes del Gallo y se toparon con la Guardia de Infantería, generando una batalla campal que dejó algunos heridos y tres personas detenidas.
Durante el encuentro, los dirigentes del Deportivo Morón gritaron el tanto de su equipo y eso provocó insultos con la platea, incluidos escupitajos, además de amenazas que llegaban con cánticos desde la popular. Cuando el árbitro dio por terminado el encuentro, la parcialidad local fue a buscar a los dirigentes del equipo visitante y esto derivó en un enfrentamiento con la policía que tuvo balas de goma y gases lacrimógenos. El vicepresidente del club del Oeste, Juan Carlos Pini, resultó herido cuando recibió un golpe en la cabeza en la antesala del vestuario visitante.
Aparentemente los barras de Chacarita accedieron hasta las inmediaciones de los camarines por un largo pasillo y pasaron por tres puertas que estaban liberadas. En el sector que le otorgaron a la delegación visitante habían unas 40 personas, entre dirigentes y allegados, con al menos 10 mujeres. La barrabrava los encontró camino a los vestidores, y allí recién intervino la policía, en una escena que continuó luego en la calle. Los altercados dejaron tres detenidos, dos de ellos por atentado y resistencia a la autoridad, y el otro identificado como Daniel "Pájaro" Benedetti, ex integrante de la barra del Funebrero en los '90s.
El plantel y la delegación demoraron su salida
Luego de lo acontecido, tanto el plantel y cuerpo técnico de Morón como el resto de la delegación recién se estiró hasta que cuando les aseguraron las garantías de seguridad. Fueron escoltados por un grupo numerosos de agentes policiales para que salir sin problemas del estadio de Chacarita y más allá de los golpes recibidos antes por algunos dirigentes, todos retornaron en buenas condiciones.