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Domingo 28 de Diciembre, Neuquén, Argentina
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Cristiano y el ritual que no quiere perder: 15 años bajo amenaza

El astro portugués llega al último partido del año con una marca histórica en suspenso y una sola oportunidad para sostener una tradición que construyó a fuerza de goles desde 2010.

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Cristiano Ronaldo llega al último partido del año con una racha histórica en juego y la ilusión intacta de sostener una tradición goleadora que mantiene desde 2010.

Cristiano Ronaldo no corre detrás de los récords: convive con ellos. A los 40 años, con 956 goles oficiales en la mochila y la mirada puesta en una cifra que roza lo mitológico, el portugués encara una cuenta regresiva que no tiene que ver solo con llegar a los 1.000. Hay algo más íntimo, casi ritual, que hoy lo desvela.

Desde 2010 hasta 2024, sin excepción, Cristiano firmó al menos un hat-trick por temporada. Quince años consecutivos marcando de a tres, una constancia que explica buena parte de su vigencia y su obsesión competitiva. En 2025, sin embargo, esa marca todavía no apareció. Y el calendario ya no da margen.

La escena del último fin de semana lo dijo todo. En la victoria de Al-Nassr por 3 a 0 ante Al-Okhdood, CR7 gritó lo que creyó era su tercer gol de la noche. Lo festejó con rabia, con descarga, como si supiera que ese tanto valía más que otro número en la estadística. El fuera de juego milimétrico que lo anuló dejó la racha en pausa y a Cristiano masticando bronca.

Ahora, todo se reduce a una última función. El próximo martes 30 de diciembre, Al-Nassr visitará a Al-Ettifaq, octavo en la tabla, en un partido que puede definir si el portugués estira su serie histórica o si, por primera vez en 15 años, cierra una temporada sin un hat-trick.

Más allá de esta marca puntual, el objetivo mayor sigue intacto. Con su último doblete, Cristiano alcanzó los 956 goles oficiales: 156 con la selección de Portugal y 40 en lo que va del año. Le faltan 44 para llegar a los 1.000, una meta que, de sostener su promedio, podría alcanzar a comienzos de 2027.

Pero antes de mirar tan lejos, Cristiano sabe que el martes se juega algo más inmediato. No es un título ni un récord global. Es un ritual. Una costumbre. Una racha que lo acompaña desde hace década y media y que, una vez más, depende de sus goles para seguir viva.

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