EDITORIAL

El Papa, la ONU y Nosotros

El discurso de Francisco en Cuba, en EE.UU. y ante la ONU son claras piezas de maestría diplomática y capacidad política en una época donde los liderazgos escasean, lejos de sus pretensiones modestas, humildes, apenas de pastor, su ejemplo golpea fuerte en la conciencia de millones de seres humanos que desde hace muchas décadas no escuchan un discurso desde el poder que critique el poder, que cuestione el orden establecido y que hable de las injusticias de un sistema que se está llevando puesta a la humanidad.
sábado, 26 de septiembre de 2015 · 17:53
La visita del Papa Francisco a Cuba y EE.UU. ha supuesto un claro ejemplo de liderazgo universal. Independientemente de la tribuna desde donde hable –en su caso desde el catolicismo- lo que ha demostrado Francisco es el grado de insensibilidad de un sistema que a escala planetaria viene deshumanizando a la humanidad. 
El discurso de Francisco en Cuba, en EE.UU. y ante la ONU son claras piezas de maestría diplomática y capacidad política en una época donde los liderazgos escasean, lejos de sus pretensiones modestas, humildes, apenas de pastor, su ejemplo golpea fuerte en la conciencia de millones de seres humanos que desde hace muchas décadas no escuchan un discurso desde el poder que critique el poder, que cuestione el orden establecido y que hable de las injusticias de un sistema que se está llevando puesta a la humanidad. 
Independientemente de sus intenciones su presencia en EE.UU. tuvo mucho impacto y fue allí en la boca del lobo donde elaboró sus mejores sermones, fue como un acicate a la conciencia de la elite americana, a los poderosos señores de la guerra y a sus agentes corporativos, fue su discurso un grito de reclamo ante el conservadurismo más rancio del mundo, fue un grito para despertar a los dueños de un orden que está condenando a la humanidad a su peor final. Su visita ayudó al acorralado Barack Obama pero no nos engañemos Obama tiene fecha de vencimiento.
No es habitual que en esta columna se hable de política internacional pero esta semana hubo por parte de Francisco una lección de política y moral; una cátedra magistral para aquellos que creen que el mundo es una bicicleta de piñón fijo que solo puede ir para adelante, no importa quién pedalee y sin importar cuales son las consecuencias. Habló también Francisco de la usura y de las desigualdades entre naciones, habló del hambre y de la pobreza, de las crisis migratorias y de sus consecuencias. Fue categórico cuando habló del medioambiente y de la finitud del planeta. Una agenda que los principales gobernantes del mundo conocen, una agenda que representa el cinismo en el que está embarcada la humanidad y donde la justicia, la igualdad y la solidaridad entre los pueblos viajan como polizón.
De todas las advertencias del Papa quizás la más impactante haya sido la que efectuó sobre el medio ambiente asociándola con el riesgo de la hecatombe de la humanidad. Un discurso llamado a despertar conciencias en un contexto donde la más grande fábrica de autos del mundo reconoce prácticas desleales en el respeto al medio ambiente fraguando controles, al mismo tiempo que Europa se cierra a los inmigrantes, que EE.UU. debate su legislación sobre los inmigrantes y en la pequeña Cuba una gerontocracia sigue aferrada al poder e ignorando el paso de los años y se niega a entrar en la realidad de la posmodernidad. Un mundo que está en permanente mutación ha escuchado una voz que pretende encender la luz en medio de las tinieblas, es apenas una cerilla, pero es un mensaje para quienes creían que todo estaba perdido. Y sucedió allí en las fauces del lobo.
La línea del discurso de Francisco ante la ONU retoma la tradición de los grandes relatos de los líderes mundiales, al estilo de lo que alguna vez sentenció Willy Brandt el ex premier alemán y líder de la socialdemocracia europea hace ya casi 50 años el líder católico hablo de las tres grandes amenazas de la humanidad: el hambre, la guerra nuclear y la destrucción del ambiente. Ha pasado medio siglo desde entonces y nada parece detener el rumbo del mundo hacia su destrucción. Ahí puso el acento el Papa ante la burocracia de lo que naciera como la Sociedad de las naciones. Un hombre ha llevado la voz donde se debe y como se debe y ha despertado la admiración de media humanidad. La otra mitad sigue a los que mandan.
De semejante lección humana, ética y política debemos bajar a nuestra cotidianidad. Al aquí y ahora, donde se trata de manipular hasta el pronóstico del tiempo, donde la pobreza también sirve para entronizar a ciertas elites al poder, donde la política ha dejado de lado su tarea secular y se puesto al servicio de los poderosos olvidando su cometido. 
La desaceleración de las expectativas respecto al petróleo no convencional va acompañada con las urgencias financieras de la provincia y esta a su vez se encuentra al borde del pánico tras la decisión del gobierno nacional, a través de la resolución general 656 de la Comisión Nacional de Valores (CNV) estableció que las administradoras debían valorizar los activos en su poder que se negocien en el exterior en la moneda de emisión (dólares) al tipo de cambio fijado por el Banco Nación, en lugar de a los precios de mercado. El regreso al país del ministro de Economía y gobernador electo suspendiendo las actividades previstas en Ios mercados financieros, en Londres y Nueva York donde estaban negociando un bono por 350 millones de dólares que le permitía a la provincia sobrellevar sus obligaciones hasta fines de 2016, es una peligrosa señal para las finanzas de la provincia. Sin posibilidades del financiamiento internacional la provincia reformula su estrategia para obtener el preciado financiamiento.
El resto de las cuestiones públicas están subsumidas por el interés electoral de lo que está en juego. Un escenario donde todo consiste en patear decisiones para adelante esperando que la mejor fortuna traiga las soluciones que hoy no se obtienen.

 

M.E.G.





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