NEUQUÉN

Llega la definición para “los MPN”

Como una especie de repetición inevitable, la política vuelve a mostrar una diáspora general surgida de una profunda crisis social y económica.
domingo, 18 de diciembre de 2022 · 09:02

Ya dijimos que nadie irá como sí mismo a la elección general que en Neuquén, según se ha anticipado extraoficialmente, se haría en abril: el proceso de diáspora se ha instalado en el escenario, como si un gigante hubiera pateado el hormiguero, y cada quien hubiera salido corriendo para el lado que consideraba más seguro o más oportuno.

No se presentará Juntos por el Cambio, porque el concepto se hizo trizas y el sello fue superado por las divisiones: el PRO irá con Rolando Figueroa, lo mismo que Nuevo Compromiso Neuquino; la UCR y la Coalición Cívica se agruparán tras la candidatura de Pablo Cervi; allí mismo cumpliría su esquivo rol Jorge Taylor, el otro precandidato que pretendió unas internas abiertas que fueron más un amague fantasioso que una realidad concreta.

El peronismo todavía está indefinido y lleno de vergüenza por su propio sino errático. Una parte se juntó en Piedra del Águila, y no convenció a nadie pues no hubo allí contundencia ni altisonancia. Esa parte, bancada por Oscar Parrilli, disminuido por la creciente debilidad de su jefa, Cristina Kirchner, lleva a su candidato de siempre, Ramón Rioseco, dueño de su propio sello partidario, lo que le permite liderar coaliciones con cualquier color e ideología. Se habló de llevar en la fórmula a Lorena Parrilli.

La metáfora del hormiguero pateado le cae bien a este peronismo del siglo 21 neuquino. La familia Bertoldi seguía inclinada, por lo que se sabe, hacia la alianza con Figueroa. Esa decisión ya la tomó otro hombre conocido del Justicialismo vernáculo, Hugo Panessi. El médico, ex intendente de Villa la Angostura, firmó la incorporación al frente liderado por el diputado nacional del MPN rebelde. Por el mismo camino circula el titular del peronismo capitalino, Marcelo Zúñiga. El sábado, preguntado concretamente sobre su definición, no descartó a Figueroa, y tiró algunos palitos elípticos contra las posiciones de Parrilli-Rioseco, dejando abierta cualquier posibilidad, sujeta a “acuerdos” programáticos, sobre ejes políticos que son, a su juicio, innegociables.

Otro gran elector importante, según viene la coyuntura nacional, será el representante en la tierra de Vaca Muerta de Javier Milei, es decir, Carlos Eguía. Milei estuvo el sábado en la capital neuquina e hizo gala de su retórica encendida para asegurar que si es elegido presidente volverá a privatizar YPF, para terminar con otra cueva de “ñoquis” amparada en el Estado. Eguía tomó lo de los ñoquis y prometió que de ser gobernador los echaría “a patadas en el culo” de sus falsos empleos. Los ahora llamados “libertarios” no dejan de ser en Neuquén una acumulación de exiliados de otros frentes. Muchos provienen de aquellas coaliciones formadas por Horacio Quiroga. Ese sector también cumplió el destino del hormiguero pateado, y a sus referentes no les molesta para nada el discurso corrosivo de Milei, al contrario, los tenía acostumbrados a eso el ya mítico “Pechi”.

Pero la síntesis del hormiguero es el MPN. Es el más grande, el más complejo, y el más ramificado. Le llega a este partido, protagonista este año del cisma más resonante de su historia, a partir de la frustrada interna y la postulación por afuera de la estructura de Rolando Figueroa, el urgente tiempo de una definición que venía retrasando a la espera de mayor claridad en el escenario. La fecha de elecciones será anunciada pronto, y, a partir de eso, correrán los tiempos para cada una de las etapas, y los misterios se irán terminando. El dueño de la lapicera para esa definición es el gobernador Omar Gutiérrez, también presidente del partido, y auspiciante del candidato Marcos Koopmann, quien, de ser elegido gobernador, podrá cumplir solo un período, según establece la Constitución. Koopmann, en la visión de Gutiérrez, Jorge Sapag, y otros “cerebros” del oficialismo, es la transición que asegura la consolidación de un patrón de gobierno para Vaca Muerta.

Los yacimientos no solo avanzan hacia la solución del drama energético nacional, sino que también -en la visión del MPN- construirán la base de otra larga hegemonía política que permitiría consolidar una provincia “a medida” de lo que indican los índices con los que suele medirse el progreso.

Esto, probablemente, ocurrirá, sea el MPN que sea el que gane, casi fatalmente, las elecciones del 2023.

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