RÍO NEGRO

Un capricho que puede complicar a Juntos Somos Río Negro

La elección municipal en Bariloche sigue siendo un gran tema de desacuerrdo entre Weretilneck y Carreras.
sábado, 29 de abril de 2023 · 11:19

Faltan cinco meses para las elecciones en Bariloche. Para muchos puede ser una eternidad y para otros no. Lo cierto es que la guerra planteada por llegar al sillón del Centro Cívico es la principal causa de insomnio dentro del partido provincial. El tiempo y la victoria no aplacó los ánimos, la intención de la gobernadora Arabela Carreras de ser candidata pone en juego muchas cosas más allá de la decisión personal del máximo referente de Juntos Somos Río Negro, el electo gobernador Alberto Weretilneck.

Por Carta Orgánica, los poco más de cien mil electores de Bariloche deberán ir a las urnas el primer domingo de septiembre para elegir a sus autoridades municipales. Faltan cinco meses para ese domingo 3 que desde JSRN no quieren que llegue. Es que existe un riesgo real de perder la ciudad con el padrón más nutrido del territorio. La gobernadora tuvo intención de cambiar la fecha el año pasado, pero no logró los consensos por falta de diálogo con las otras fuerza, le pidió a Weretilneck que lo ordene.

Desde hace semanas Carreras está instalada en Bariloche, tiene algunas escasas actividades oficiales y el resto del tiempo lo destina a su campaña electoral. Realiza reuniones, en un cómodo y caro centro de convenciones que la provincia alquila en una lujoso hotel, va a distintos barrios y hasta grabó un spot publicitario que aún no salió a la luz. La decisión es indeclinable.

Esta semana se filtró una charla con algunos empresarios a los que les garantizó que ella será intendenta, dentro o fuera de Juntos Somos Río Negro. Se sabe que, con tantos años de política como tiene la mandataria, la ingenuidad no existe. Entonces que alguien haya filtrado esa declaración no es más que dejar en claro las ganas de Carreras porque eso trascienda. Luego, un día después, intentó llevar calma y enumeró que es creadora de Juntos, que integra la conducción de Juntos y que su gobierno es de Juntos.

Hasta ahora se sabía que era real la posibilidad de que Carreras vaya por otro partido. Weretilneck la desafió y aseguró que no se iba a meter, que todas las líneas de Juntos que tuvieran intenciones deberían ir a una interna o acordar entre ellos. Mientras que por atrás ató al sector de Carlos Váleri y al del intendente Gustavo Gennuso para que respalden a su pollo, el diputado nacional Agustín Domingo, al que no muchos conocen en la ciudad.

Los hermanos Darío (ex intendente) y René Barriga, dirigentes históricos locales están pegados a la gobernadora. Trabajan para darle forma al partido Bariloche Unidos, que tiene reservado el primer tramo de la boleta para Carreras. Su presencia en la ciudad durante sus cuatro años de gestión, donde no llegó a cumplir al menos un día por semana en Viedma, y la permanencia exclusiva que tiene desde hace casi un mes allí, le rindió. Carreras es la dirigente con mejor intención de voto y una muy buena imagen, muy por arriba del resto.

Weretilneck sabe que el aparato puede ganar una interna, pero difícilmente le sirva para derrotarla en una elección general y mandarla a la casa, como muchos de sus alfiles repican. Esto suma un nuevo riesgo. La elección en Bariloche queda en el medio de las PASO y las presidenciales, y la nacionalización impondrá sus condiciones, sobre todo por el nivel de conflicto y hastío de la gente. Allí se fortalecen las oposiciones como Juntos por el Cambio, que ya en las provinciales demostró que en la ciudad tiene un piso superior al 20% y la figura de Javier Milei que puede arrastrar a cualquier candidato que esté dispuesto a poner muchos dólares para comprar su candidatura a intendente de la ciudad, como pasó con Ariel Rivero en las provinciales que logró -sólo por ir en la lista negra con el león amarillo- conseguir dos bancas a legislador.

Entonces, un tapado puede ser intendente si sabe aprovechar la coyuntura de la división de votos de Juntos Somos Río Negro, con un candidato que no tiene buenas mediciones como Domingo, y una gobernadora que vaya con un partido sin estructura y desconocido, por más que tenga a disposición la abultada billetera del Estado, que para campañas electoral siempre tiene de donde sacar. 

Afortunadamente para el oficialismo provincial, ambas fuerzas aún no tienen una figura definida dentro de la ciudad. También es cierto que las elecciones en Bariloche se definen en los barrios periféricos del Alto, que además de estar lejos de los lujos de los cercanos al Nahuel Huapi o al Gutiérrez, también lo están a nivel ideológico. Aunque en plena crisis política e institucional que domina cada sector del país, cada vez es más difícil mantener ideales por sobre la delgadez extrema de las billeteras cuando se va al supermercado.

Las próximas semanas serán decisivas. Si Weretilneck continúa con su postura de diálogo cero y sólo mantener contactos con Carreras a través de Facundo López, o primarán los intereses del partido provincial por sobre las facturas principales. Porque ya lo dijo Perón: primero la patria, después el Movimiento y luego los hombres.

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