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Domingo 21 de Diciembre, Neuquén, Argentina
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América Latina al borde de la fractura

Venezuela y el acuerdo con la UE exponen las divisiones políticas más profundas de la región en décadas. Milei lidera el bloque de derecha mientras Lula queda aislado

Domingo, 21 de diciembre de 2025 a las 11:39
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La cumbre de presidente del Mercosur expuso fuertes diferencias
Meloni, Macron y Der Leyen tienen en sus manos el futuro del acuerdo Mercosur-UE
Estados Unidos sigueatacando objetivos del régimen de Maduro en el Caribe
Trump divide posiciones en América Latina
Milei dejó en claro sus diferencias con Lula

Esta semana quedaron expuestas las fracturas políticas que atraviesan América Latina. Las acciones militares de Estados Unidos en el Caribe para debilitar y aislar a Nicolás Maduro, y las por ahora infructuosas y lentas  negociaciones para cerrar el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur dejaron de ser solo motivos de posicionamiento político para convertirse en confrontaciones concretas que impactarán el futuro de la región.

La cumbre de presidentes del Mercosur mostró a un Javier Milei decidido a transformarse en el líder regional de la derecha. Tiene con qué: por un lado apostó por su relación con Trump aun antes de que el republicano llegara por segunda vez a la Casa Blanca. Luego se alineó incondicionalmente sin medir, o sin importarle, los riesgos que eso implica para un país mediano como Argentina en un escenario de confrontación global entre dos superpotencias económicas como China y Estados Unidos.

Milei ahora se siente más cómodo y fortalecido con los triunfos de Paz Zamora en Bolivia y de Kast en Chile. Paraguay, Perú y Ecuador terminan de pintar de "derecha" buena parte de la región. Y se vienen dos elecciones centrales: Colombia y Brasil. Por eso cada vez se anima a decir más cosas. En medio de la tensión por el fracaso de la firma del acuerdo con la UE, atacó nueva y frontalmente al funcionamiento del Mercosur. No parecía el mejor momento para hacerlo.

El golpe a Lula y la frustración del acuerdo con la UE

Enfrente tenía a un Lula que esta semana recibió un golpe durísimo por parte de los europeos. Los gobiernos de Francia y, sorpresivamente, también el de Italia pusieron en duda el Acuerdo UE-Mercosur que el brasileño tenía planteado firmar el sábado como último e histórico acto de su presidencia pro tempore del Mercosur. Desde el viejo continente finalmente llegó la noticia de que Giorgia Meloni le pidió a Lula mas tiempo para acomodar a sus agricultores y que acepten el acuerdo.

Lula, además de considerar el acuerdo como clave para la región, quería llevarse el mérito principal de la firma. Habrá que ver qué pasa en los próximos días, donde todo quedará en manos del paraguayo Santiago Peña, que agarra la presidencia del bloque en enero. Ursula von der Leyen prometió concretar la firma el próximo 12 de enero en Asunción del Paraguay. Sin esconder su decepción, Lula fue duro al cerrar la cumbre: "Pidieron más tiempo para discutir, pero sin coraje político no será posible terminar esta negociación, que ya lleva 26 años".

Milei aprovechó el desplante de Macron y de su amiga Meloni a Lula para hacer leña del árbol caído. No le importó que el Mercosur esté a las puertas de firmar el más importante acuerdo de libre comercio del que serán parte 700 millones de personas. El argentino se encargó de fustigarlo: dijo que el bloque no cumplió sus objetivos, es decir, que no promovió el comercio ni logró "aumentar la prosperidad, integrar mercados y elevar la competitividad de nuestras sociedades". También criticó lo que describió como "una burocracia sobredimensionada e ineficaz".

Venezuela: el mayor punto de quiebre

Con el tema de Venezuela, Milei fue más allá. Fue explícito su apoyo a las operaciones militares que viene llevando a cabo Trump desde septiembre para sacar al régimen de Maduro, al que describió como "una dictadura atroz e inhumana".

"La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de tener un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado. Instamos a los demás a condenar este experimento autoritario", exclamó. También volvió a pedir la liberación del gendarme Nahuel Gallo y destacó el "coraje" de María Corina Machado.

Fue justo después de que Lula, quizás el único líder regional capaz de mediar en ese conflicto, expresara que la acción militar estadounidense en Venezuela provocaría una "catástrofe humanitaria". "El continente sudamericano se ve nuevamente acosado por la presencia militar" de una potencia extranjera, declaró el mandatario del gigante sudamericano. También la mexicana Claudia Sheinbaum esta semana salió a pedirle prudencia a Trump.

La fractura se evidenció también cuando la cumbre terminó y en una declaración firmado por Milei, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, José Raúl Mulino, de Panamá, y los representas en Foz de Iguazú de Bolivia, Ecuador y Perú le piden a Venezuela alcanzar "por medios pacíficos" el "reestablecimiento del orden democrático" y el "respeto irrestricto a los derechos humanos". La declaración no fue acompañada ni por Brasil ni por el uruguayo Yamandú Orsi.

Los riesgos de una región fragmentada

La región atraviesa fracturas muy claras que corren el riesgo de provocar crisis inéditas. Venezuela es el más claro ejemplo. Si Trump declara oficialmente una guerra que para muchos analistas ya empezó, pondría a la región en una situación de extrema tensión. Marcaría el regreso del intervencionismo de Estados Unidos en América Latina, lo que podría desembocar en un empeoramiento de la crisis humanitaria en ese país que se extendería a toda la región. Ya, sin guerra, hay más de 8 millones de venezolanos desplazados.

Si colapsa el acuerdo Mercosur-UE se trataría de un fracaso enorme y sería una ocasión desperdiciada para que ambos bloques regionales den una clara muestra de fortaleza al tener una alternativa frente a las políticas proteccionistas y cerradas de Donald Trump. También sería una señal de impotencia ante la embestida comercial china, que extiende cada vez más su sombra y que daña buena parte de las industrias locales y regionales, sobre ambos continentes.

En definitiva, América Latina enfrenta una encrucijada histórica: o logra construir consensos mínimos para navegar este nuevo orden global, o quedará fragmentada y vulnerable ante las presiones de las grandes potencias. La extrema lentitud para firmar el acuerdo con la UE y la división frente a Venezuela son apenas el preludio de lo que podría venir.

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