El mundo artístico atraviesa nuevamente un momento de tristeza tras confirmarse la muerte de José Andrada, actor de vasta carrera y querido por colegas y espectadores. Tenía 85 años y una vida marcada por la entrega a la actuación en todos sus formatos: teatro, cine y televisión.
La noticia fue difundida por la Asociación Argentina de Actores, institución que le dedicó unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a su legado. El organismo destacó su aporte a la cultura y su compromiso con la profesión a lo largo de más de cinco décadas.
José Andrada había nacido el 20 de julio de 1938 en Buenos Aires. Su carisma y talento lo convirtieron en un rostro entrañable para quienes siguieron su carrera. Uno de los papeles más recordados lo encontró en la serie Los Simuladores, donde interpretó a Velasco y protagonizó junto a Martín Seefeld una escena inolvidable con la famosa frase: “¿No hay un piquito para mí?”.
Sus inicios se remontan a la década del ‘70 en el circuito teatral independiente. Desde aquellos primeros pasos, trabajó en obras como La batalla de José Luna y Lejos de aquí, consolidando una reputación que lo llevó a convertirse en un referente dentro del ámbito escénico.
En televisión, José Andrada formó parte de algunas de las ficciones más exitosas de la pantalla chica: Ricos y famosos, Campeones de la vida, Padre Coraje, Son amores, Costumbres argentinas, Soy gitano, Primicias, 22, el loco y Sos mi vida, entre otras. Su versatilidad lo hacía adaptable a todo tipo de personajes, algo que lo volvió un actor solicitado y admirado.
El cine también fue parte esencial de su camino. Su filmografía incluye títulos fundamentales de la historia del séptimo arte argentino, como Noches sin lunas ni soles, Los chicos de la guerra, La noche de los lápices, Pobre mariposa, Esperando la carroza, Flores robadas en los jardines de Quilmes y La ciudad oculta. Su presencia enriquecía cada producción y aportaba autenticidad a los relatos.
En 2010 recibió uno de los reconocimientos más significativos de su carrera: el Premio Podestá a la Trayectoria Honorable. La distinción, otorgada por la Asociación Argentina de Actores y el Senado de la Nación, lo ubicó junto a grandes figuras del espectáculo nacional.
La partida de José Andrada deja un vacío en la escena cultural, pero su legado continuará vivo en las obras, las películas y las series que marcaron a generaciones de espectadores. Su talento, acompañado de una calidez personal única, seguirá siendo parte del recuerdo colectivo.