De la opulencia de Nordelta al silencio de un monoambiente en Banfield. Así cambió la vida de Elías Piccirillo, el exmarido de Jesica Cirio, luego de que la Cámara Nacional de Apelaciones le concediera la prisión domiciliaria. La medida, que ya generó debate público, marca un giro drástico para el empresario, que hasta hace poco cumplía su detención en el penal de Ezeiza.
Según revelaron en Mañanísima (El Trece), Elías Piccirillo será trasladado en los próximos días a un departamento de 37 metros cuadrados, un espacio modesto y casi a estrenar que poco tiene que ver con la mansión en la que vivía antes de ser procesado. “Es una casa linda, pero muy sencilla comparándola con el lugar donde vivía”, describió Pampito, mientras mostraba las primeras imágenes del lugar.
El nuevo domicilio cuenta con cocina integrada, lavadero, placard empotrado y baño con ducha electrónica, y según el cronista Walter Leiva, se trata de la propiedad donde actualmente reside uno de los hermanos de Piccirillo. “El monoambiente es donde vive un hermano de Elías Piccirillo”, detalló al aire, mientras las cámaras mostraban la fachada del edificio.
El beneficio judicial fue otorgado tras varios meses de pedidos frustrados. Piccirillo, acusado de secuestro coactivo, transporte de estupefacientes agravado, encubrimiento agravado y portación ilegal de arma, había solicitado su traslado argumentando problemas de salud mental. Los informes médicos determinaron que padecía “un trastorno de adaptación con estado de ánimo depresivo y ansioso”, lo que representaba “un riesgo cierto y progresivo para su integridad psíquica”.
En marzo, había sido trasladado al pabellón K de la Unidad Residencial 1 de Ezeiza, donde cumplía su prisión preventiva. En ese momento, el juez Sebastián Casanello había rechazado el pedido de morigeración, pero el tribunal de alzada finalmente modificó la resolución al considerar que “no hay peligro de fuga ni entorpecimiento de la investigación”.
Las imágenes del lugar, difundidas por distintos programas, muestran un ambiente pequeño, con pocos muebles y una ventana que da al patio interno del edificio. A partir de ahora, Piccirillo permanecerá allí bajo control judicial y con monitoreo electrónico, en un entorno muy distinto al que conoció durante sus años de mayor exposición pública.
El cambio de escenario no es sólo geográfico: simboliza la caída de un empresario que pasó de los lujos de Nordelta a una vida de estrictas condiciones y vigilancia constante producto de sus problemas con la Justicia.