La periodista María Julia Oliván atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. A más de dos semanas del accidente doméstico que sufrió mientras intentaba alimentar una estufa en su lugar de trabajo, compartió en redes sociales una serie de reflexiones y actualizaciones sobre su estado de salud que conmovieron profundamente a sus seguidores.
En su cuenta de Instagram, María Julia Oliván publicó una imagen que revela la gravedad de sus heridas: una mano vendada, con signos visibles del trauma que vivió. Pero más allá de la foto, fue el mensaje que la acompañó lo que generó un fuerte impacto. “Mis manos es lo más sano que tengo”, escribió, dando cuenta de que gran parte de su cuerpo resultó mucho más afectada.
María Julia Oliván se encuentra internada en el Hospital Alemán desde hace más de 15 días, donde ya fue sometida a cinco intervenciones médicas. Según ella misma relató, permanece en terapia intermedia y convive diariamente con fiebre producto de la inflamación de una de las heridas más severas, localizada en su pierna. Pese a todo, resaltó que sus glóbulos blancos se mantienen en niveles normales.
Además del dolor físico, la periodista evidenció el impacto emocional del accidente. Hizo una dolorosa mención a su hijo Antonio, que aún no logra comprender la gravedad de lo que su madre está atravesando. “Viene y se quiere ir. Nadie le enseña que a la mamá se la acompaña”, expresó con tristeza, sumando que le resulta imposible realizar tareas tan simples como dibujar con él.
También se refirió a su pareja, con quien comparte la crianza de su hijo, destacando su bajo perfil y cómo ese carácter contrasta con las necesidades afectivas que tiene en este duro proceso. “Difícil ser tan fuerte como para superar los obstáculos físicos y soledades emocionales”, confesó, abriéndose con honestidad ante su comunidad.
El accidente dejó comprometido el 25% de su cuerpo. Todo ocurrió cuando, en un intento por combatir el frío, intentó alimentar una estufa, lo que desencadenó una peligrosa situación que terminó con su piel en contacto con el fuego.
Desde entonces, su camino de recuperación es lento y doloroso. Sin embargo, al compartir su historia, María Julia Oliván también visibiliza la vulnerabilidad y la fortaleza que conviven en momentos límite. Un testimonio sincero, que conmueve y genera empatía en quienes la siguen desde hace años.