Después de más de veinte años juntos, Marcela Baños anunció públicamente su separación de Pablo Visiconde, poniendo fin a una relación que atravesó distintos momentos personales, laborales y familiares. La conductora de Pasión de sábado compartió en una entrevista los detalles de esta decisión que tomó hace unas semanas.
Marcela definió la separación como algo inevitable y difícil: “Es muy difícil, pero estoy tratando de salir adelante”. Según explicó, no hubo conflictos graves ni infidelidades, sino un desgaste gradual que derivó en caminos diferentes. “No pasó nada grave, simplemente dejamos de coincidir en muchas cosas, cada uno está haciendo su camino”, afirmó.
La convivencia se volvió compleja y ambos comenzaron a tener objetivos y deseos distintos. La conductora comentó: “Yo estoy en una etapa de cambios”, y agregó que se está priorizando y escuchando más a sí misma: “Me estoy escuchando más, me estoy priorizando”.
A pesar de la separación, mantienen contacto por la historia compartida, especialmente por Javier, un vínculo que marcó su vida. Marcela expresó: “A Javier lo voy a querer siempre, fue una persona muy importante en mi vida, pero ahora necesito estar sola, enfocarme en mí y en mi trabajo”.
Además de su carrera en el periodismo, Baños se dedica al tarot, una actividad que le permite conectar con su intuición. En este momento de búsqueda de paz, destacó la importancia de estar tranquila y cerca de quienes la quieren: “Estoy buscando paz, en este momento necesito estar tranquila, cerca de la gente que me quiere bien”.
Consultada sobre la posibilidad de un nuevo amor, no cerró esa puerta: “El amor va a volver cuando tenga que volver”. Pero aclaró que su prioridad actual es reconstruirse: “Yo no cierro las puertas, pero ahora necesito reconstruirme”.
Para cerrar, Marcela reflejó su estado emocional con una frase que mezcla dolor y esperanza: “Hay mucho dolor, sí, Pero también hay fuerza y hay esperanza”.