Hace poco más de un mes y medio que Jimena Barón dio a luz a Arturo, su segundo hijo. Esto significó para ella estar enfocada al 100% en el pequeño para que pueda crecer en óptimas condiciones. Sin embargo, al igual que muchas madres, se encuentra agotada. Lejos de querer ocultarse, confesó cómo pasa estos días y las razones por las que necesita un respiro.
Sin ánimos de querer vender algo que no es, Jimena Barón se mostró sincera con sus seguidores en lo que respecta a la maternidad y cómo se siente en estas primeras semanas. Es que al igual que muchas madres, tiene complicaciones, es por eso que cuando se lo consultaron lo blanqueó sin pudor.
En este sentido, en su Instagram, abrió la cajita de preguntas para seguir en contacto con su comunidad y le consultaron: “¿Tenés momentos de colapso”. A lo que ella confesó: “Pero por supuesto. Por el momento no con Arturo, pero con Matías hay momentos donde nos arrojaríamos objetos (blandos)”.
Pero eso no fue todo, ya que, teniendo en cuenta que Arturo es aún un bebé, los problemas aparecen con los más grandes. Pero no sólo con su pareja, sino que también con Morrison, su primer hijo: “Y a Momo hay momentos que lo daría en adopción (responsable)”.
En esta sintonía, la gente se tomó su declaración para las risas y siguieron consultando: “¿Qué tan buena, o mala, es la diferencia de años de Arturo con Momo?”. Pero le restó importancia: “A mí me parece bárbara, si bien Momo demanda atención y cuidado (por supuesto), es un pibe grande que me ayuda”.
Pero Jimena Barón confesó que le parece más beneficioso que en otros casos: “No estoy corriendo atrás de dos bebés”. Entrando en detalles de la crianza, contó que Arturo goza de las mismas “mañas que Momo: “Exactamente las mismas, lo baño 19:30 y le hago masajitos con aceite de almendras (y lo peino para el costado) todos los días como a Momo de bebé”.
“Nada disfruto más que estar y apapacharlos todo lo que puedo, el amor nunca es mucho y tengo el privilegio de poder hacerlo tranquila”, concluyó para dejar en claro que sólo son pequeños ratos de tensión los que vive con sus hijos, ya que luego todo vuelve a encaminarse.