Andrea Bocelli se prepara para ofrecer un recital exclusivo en el Teatro Colón de Argentina, marcando su primera presentación en uno de los escenarios más emblemáticos de la música clásica mundial. Con más de tres décadas dedicadas a la lírica, el tenor italiano promete una noche inolvidable acompañado de una orquesta en vivo.
Recientemente, el documental Because I Believe, dirigido por Cosima Spender, ha puesto en foco momentos decisivos de la vida de Bocelli, con especial atención al accidente que sufrió a los 12 años y que le provocó la ceguera definitiva. La película ofrece un acceso íntimo a su historia, combinando entrevistas con familiares, material de archivo y escenas de su vida cotidiana.
Andrea Bocelli: una historia de resiliencia
Desde niño, Bocelli enfrentó serias dificultades visuales. Según recuerda, era considerado “extremadamente miope” y veía con claridad solo los objetos cercanos. Su hermano Alberto detalló que entre los 3 y 4 años fue sometido a 13 operaciones en Turín debido a un glaucoma congénito, describiendo esa etapa como una “tortura”.
A los 7 años, debido a su discapacidad visual, no fue aceptado en ninguna escuela local y debió ingresar a un internado especializado. Allí, lejos de su familia y bajo estrictas normas, vivió uno de los momentos más difíciles de su vida, que él mismo calificó como “el peor momento”.
El accidente que marcó un antes y un después ocurrió durante un partido de fútbol en ese internado. Bocelli, que nunca había jugado como arquero, fue puesto en esa posición y recibió un impacto directo de la pelota en la cara, lo que causó una hemorragia irreversible que terminó con su vista. El cantante recordó con humor: “Fue la primera y última vez que fui arquero”.
Su madre jugó un rol fundamental en su formación, negándose a que fuera visto como “un pobre chico” y educándolo para que rechazara la compasión. Este carácter forjado en la adversidad fue clave para que enfrentara otros desafíos, incluyendo el pánico escénico que lo acompañó durante años.
El documental también aborda la ansiedad que Bocelli padeció antes y durante sus presentaciones, hasta que su encuentro con Luciano Pavarotti le enseñó la importancia de dominar la técnica vocal. Esa experiencia fue crucial para superar sus miedos y empezar a disfrutar plenamente de cantar.
El tenor afirmó que decidió compartir su historia porque cree “en las personas, en nuestro Padre celestial y en el poder del amor como motor del mundo”. Su esperanza es que el documental “deja un poco más de fe en la vida” en quienes lo vean, cumpliendo así su propósito.