Natalie Weber sorprendió al público con una confesión tan inesperada como peculiar. En medio de una charla distendida, la modelo reveló que, inspirada por un viejo mito popular, llegó a hervir una tanga con un objetivo muy particular: “amarrar” sentimentalmente a su pareja, el futbolista Mauro Zárate. Aunque aclaró que no cree realmente en este tipo de rituales, la anécdota desató risas y comentarios de todo tipo.
Natalie Weber, que lleva más de 15 años junto al exjugador de Boca y padre de sus hijos, contó la historia mientras conversaba con Sabrina Rojas y otros panelistas. La escena comenzó con una referencia a un tape de Pampita y terminó derivando en la confesión de que, efectivamente, había puesto la prenda íntima en agua hirviendo.
Entre risas, sus compañeros de programa quisieron saber si el líquido resultante había sido entregado a Mauro Zárate, tal como indica la superstición. Natalie Weber explicó que la prenda estaba nueva y limpia, y que su intención inicial había sido lavarla antes de usarla. Sin embargo, el comentario despertó las sospechas del resto, que bromeó con que el futbolista estaba “amarrado” gracias a ese ritual.
En tono cómplice, Natalie Weber admitió que el agua quedó en la cocina y que no sabe exactamente qué pasó después, aunque deslizó que tal vez su marido la utilizó para cocinar fideos. Esta ocurrencia, lejos de espantar, generó aún más carcajadas en el estudio.
El llamado “gualicho del agua de tanga” es una creencia popular que se transmite en algunas regiones de Latinoamérica. Según el mito, hervir ropa interior usada y darle a beber ese líquido a la persona deseada garantiza que permanezca enamorada o vinculada de por vida.
A pesar de su persistencia en el imaginario colectivo, no existe evidencia científica que respalde esta práctica. De hecho, los expertos advierten sobre posibles riesgos sanitarios, por lo que insisten en que no debe intentarse bajo ninguna circunstancia.
Más allá de la veracidad del mito, la anécdota de Natalie Weber se volvió viral por su tono humorístico y por la complicidad que mostró con sus compañeros de panel. La naturalidad con la que relató el hecho, sin solemnidad, contribuyó a que el momento se convirtiera en uno de los más comentados del día.
Con esta historia, la modelo dejó en claro que, en su caso, el “hechizo” que mantiene viva su relación con Mauro Zárate no es un ritual de cocina, sino una combinación de amor, paciencia y, sobre todo, mucho sentido del humor.