El reconocido actor Peter Lanzani sorprendió al revelar detalles inéditos de una insólita experiencia que vivió a principios de este año en Ushuaia. El ex Casi Ángeles recordó el día en que terminó detenido por haber pintado grafitis en un muro y cómo, pese a la tensión, la situación se volvió casi absurda por su reacción y la de sus amigos.
Durante su visita al programa Nadie dice nada (Luzu), Peter Lanzani explicó que la anécdota está relacionada con un proyecto audiovisual en el que está trabajando. Según contó, además de sufrir el robo de material de esa película —que luego pudo recuperar—, la travesura de pintar en una chapa de obra lo llevó a pasar varias horas en una comisaría de la ciudad más austral del país.
“Era de madrugada, tipo 0.30. Éramos varios y nos pusimos a hacer un grafiti en un chapón de esos que tapan una construcción. Nada grave, no era una casa ni nada. Igual sabíamos que estaba mal, pero tampoco pensábamos que iba a terminar así”, relató. La tranquilidad duró poco: en cuestión de minutos, varios efectivos policiales llegaron al lugar.
Según reconstruyó, cerca de doce agentes se acercaron para detenerlos. “Nos empezaron a palpar como si fuésemos delincuentes peligrosos, buscando drogas. Y nosotros nada, ni habíamos tomado una cerveza en la cena. Lo máximo que teníamos eran puchos”, contó el protagonista de El clan, entre risas.
Lo curioso llegó después. Una vez en el patrullero, él y sus amigos no pudieron contener la risa. “Nos reíamos tanto que los policías se enojaron. Nos bajaron del móvil y nos esposaron de atrás, lo que nos causó más risa todavía. Era insólito: se les escapaba un chorro en la ciudad y nos tenían a nosotros esposados por un grafiti en un chapón abandonado”, recordó Peter Lanzani.
El encierro, sin embargo, no fue dramático. Peter Lanzani explicó que los llevaron al calabozo, donde pasaron la noche acostados en colchones separados. “Dormimos ocho horas de corrido, roncando. A la mañana nos despertaron para el desayuno: un vaso de agua en telgopor y un pedazo de pan. Era hasta gracioso”, aseguró.
Al recuperar la libertad, el actor se encontró con un aluvión de mensajes en su celular. “Tenía más que en mi cumpleaños”, dijo entre risas. La noticia ya había trascendido y sus amigos y familiares estaban preocupados.
Finalmente, el episodio se resolvió con un acuerdo judicial en el que Peter Lanzani y sus compañeros, Gastón Zieher y Valentín Bovati, pagaron los daños ocasionados. Hoy, él recuerda esa noche como un episodio insólito que, más que un escándalo, terminó siendo una anécdota que no dudó en compartir públicamente.