Eliana Guercio atraviesa un difícil presente a raíz de un tratamiento estético que no salió como esperaba. La panelista de A la Barbarossa contó que fue víctima de una mala praxis y, aunque intenta mantener la calma, todavía no logró encontrar una solución definitiva a las marcas que le quedaron en la piel.
Eliana Guercio relató que el procedimiento al que se sometió es el llamado “CO2”, un tratamiento láser que actúa sobre las capas superficiales de la dermis con el fin de dejar un aspecto más liso y rejuvenecido. En su caso, no era la primera vez que se lo realizaba: ya lo había probado hace una década y los resultados fueron positivos. Esa experiencia previa le dio confianza para volver a intentarlo.
Sin embargo, esta vez el resultado fue completamente distinto. Eliana Guercio se encontró con reacciones adversas y decidió exponer lo ocurrido en redes sociales para advertir a otras mujeres. Según explicó, no puede dar demasiados detalles porque el tema ya está en manos de la Justicia, pero sí dejó en claro que las secuelas aún la afectan en lo personal y en lo emocional.
En una entrevista reciente para un ciclo de streaming, la modelo se mostró conmovida al recordar lo vivido. “Voy a llorar, estoy muy sensible con ese tema”, confesó al borde de las lágrimas. También explicó que debe realizar consultas médicas permanentes para evaluar el daño en su piel y analizar posibles soluciones.
Mientras tanto, la artista busca la manera de disimular las marcas. Contó que recurre al maquillaje con varias capas de base y correctores, lo que le permite presentarse en televisión sin que se note tanto. “Gracias a Dios solo me lo hice en la cara, me maquillo mucho para taparlo”, aseguró.
Más allá de su caso particular, Eliana Guercio manifestó que lo que más le duele es imaginar a chicas jóvenes atravesando una situación similar. “Tengo 48 años, ya soy grande, pero pienso en una mujer de 20 o 30 y me parte el alma”, dijo con preocupación, subrayando la necesidad de informarse bien antes de someterse a este tipo de procedimientos.
El episodio ocurrió el pasado 30 de julio y desde entonces se encuentra en un proceso judicial que, según ella misma indicó, llevará tiempo. Esa espera, sumada a la incertidumbre sobre si podrá revertir los daños, es lo que la mantiene angustiada.
“Estoy triste, porque es un tema que no resolví y encima tengo mil quilombos. Estaba muy ilusionada, pero habrá que ver si se puede hacer algo”, expresó finalmente, reflejando la mezcla de dolor y frustración que la acompaña.