El juicio que enfrenta Claudio Contardi, ex pareja de Julieta Prandi, por denuncias de violencia, amenazas y abusos, dio un giro inquietante en su segunda jornada. Durante la audiencia, surgieron testimonios que detallan prácticas macabras y amenazas psicológicas que, según se denunció, Contardi habría utilizado para intimidar a la modelo y conductora.
Uno de los momentos más impactantes se produjo con la declaración del jefe de seguridad del Barrio Septiembre, ubicado en Escobar, donde la pareja residió durante un tiempo. En plena audiencia, el testigo mencionó un inquietante episodio relacionado con un perro muerto, lo que generó dudas sobre si se trataba de un caso de maltrato o de una amenaza directa hacia Prandi.
Mientras el periodista Mauro Szeta informaba en vivo sobre lo ocurrido, se comunicó con el programa Lape Club Social, donde Mariano Peluffo —amigo cercano de Prandi— se mostró visiblemente sorprendido al escuchar los detalles. La situación escaló cuando Paula Varela, panelista del canal América, decidió consultar directamente a Julieta Prandi sobre este oscuro episodio.
La respuesta de Julieta Prandi no tardó en llegar y fue aún más aterradora. “Julieta me contó que, en los últimos años, ha recibido palomas sin cabeza en su propia casa”, reveló Paula Varela al aire. Según la actriz, este tipo de amenazas se repitieron en varias oportunidades y estarían relacionadas con prácticas rituales de su ex pareja.
Además, Prandi relató que durante la convivencia con Claudio Contardi, fue testigo de la matanza de distintos animales, como gallinas, chivos y palomas. Estos actos no eran aislados, sino que —según ella— formaban parte de rituales vinculados a creencias umbandas, en los que Contardi aseguraba tener poderes para manipular y controlar situaciones a su antojo.
Szeta amplió la información indicando que estas prácticas estarían enmarcadas en rituales liderados por un “pai umbanda”, figura central dentro de esa religión, aunque con una clara intención extorsiva y perturbadora en este contexto. “Él le decía que tenía poderes para dominarla”, apuntó el periodista.
Minutos más tarde, la propia Paula Varela tomó la palabra y detalló que, si bien en el Barrio Septiembre no se producían estas acciones, sí había pruebas de que muchas de estas prácticas se llevaban a cabo en San Martín, otro de los lugares donde Claudio Contardi tenía actividad.
El juicio continúa y cada testimonio parece aportar más elementos sobre el calvario que vivió Julieta Prandi durante años. Las amenazas, lejos de ser simbólicas, adoptaban formas cada vez más siniestras, dejando en evidencia un entramado de manipulación psicológica y terror.