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Domingo 07 de Septiembre, Neuquén, Argentina
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Se revelaron las fotos de la casa en la que vivió Franco Colapinto en Pilar

Franco Colapinto dejó ver la casa en la que vivió de chico en Pilar y mostró recuerdos familiares.

Por Redacción

Domingo, 07 de septiembre de 2025 a las 11:02
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La figura de Franco Colapinto en la Fórmula 1 despierta orgullo y expectativa en la Argentina. Pero más allá de los flashes de Alpine y las exigencias de los circuitos europeos, existe un rincón que lo conecta con sus raíces: la casa en Pilar donde pasó gran parte de su infancia y donde empezó a soñar con llegar a lo más alto del automovilismo mundial.

Aquella vivienda, de diseño moderno y líneas simples, se convirtió en un refugio cargado de recuerdos. En esos espacios iluminados por ventanales enormes, el joven piloto dedicaba horas a los simuladores y a los primeros karts con los que aprendía a dominar la velocidad. Era un entrenamiento casero pero intenso, marcado por la constancia y la disciplina que todavía hoy son parte de su sello.

El living familiar fue testigo de celebraciones íntimas después de cada triunfo inicial. Fotos, trofeos y recuerdos colgaban de las paredes, mientras sus padres y amigos lo alentaban desde las primeras competencias locales. Ese respaldo silencioso fue clave para que Franco Colapinto pudiera sostener una carrera en un deporte que exige mucho más que talento.

El garaje es, quizás, el lugar más simbólico de la casa. Allí descansan los karts con los que debutó y que todavía conserva como un recordatorio de su punto de partida. También fue en ese espacio donde instaló un simulador de Fórmula 1, herramienta que le permitió conocer pistas que parecían inalcanzables. Años después, el mismo piloto que entrenaba en Pilar corre oficialmente en esos circuitos con los colores de Alpine.

Sin embargo, lo que para muchos es apenas una casa, para él es el lugar donde se gestó el carácter que hoy necesita para sostenerse en la Fórmula 1. Porque la máxima categoría no perdona errores y Franco Colapinto enfrenta ahora la presión de demostrar que es más que una promesa: es un competidor de elite que representa la ilusión de volver a ver a un argentino en lo más alto del podio.

Ese contraste entre la serenidad de Pilar y el vértigo de la F1 refleja su doble vida: la de un chico que creció entre recuerdos familiares y la del profesional que carga con contratos, viajes y la mirada atenta de los fanáticos. Lo cierto es que, ya sea desde la intimidad de su hogar o al mando del A525, el desafío para Franco Colapinto recién comienza.

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