Soledad Villamil volvió a sorprender con una sinceridad que no suele abundar en el ambiente artístico. Mientras muchos famosos atraviesan separaciones mediáticas, la actriz eligió responder de frente cuando le preguntaron cuál es la fórmula que sostiene su vínculo de casi tres décadas con Federico Olivera. Y lo hizo con una frase que dejó sin palabras al periodista y que arrancó aplausos y carcajadas de sus colegas.
El momento se dio en el teatro Maipo, durante una entrevista previa al estreno de Las hijas, la obra de Ariadna Asturzzi que marca el debut de Adrián Suar como director teatral. Allí, en medio de la charla distendida y con Julieta Díaz y Pilar Gamboa como testigos, Soledad Villamil se animó a ponerle humor a un tema que muchas veces se maneja con evasivas.
“Creo que son 27 años. De matrimonio mucho menos, porque nos casamos en 2021. ¿Esto sale en horario de protección al menor?”, lanzó primero, antes de rematar con una declaración que se volvió viral: “Y... yo creo que la clave es cog... bien”. La reacción fue inmediata: Díaz celebró con un “¡Te amo, Sole!”, mientras Gamboa acotó con ironía que el periodista no sabía cómo reaccionar ante semejante confesión.
Lejos de esquivar el tema, la actriz dejó en claro que su matrimonio con Federico Olivera se sostiene sobre la complicidad, la intimidad y la risa compartida. Una fórmula que, más allá de la provocación en la frase, retrata la autenticidad con la que la artista suele hablar de su vida. En un medio atravesado por romances fugaces y escándalos, la suya aparece como una excepción que despierta curiosidad.
El dato no es menor: Soledad Villamil y Olivera se conocieron en 1996, durante el rodaje de La vida según Muriel en Villa La Angostura. Desde entonces consolidaron una pareja que no solo resistió el paso del tiempo, sino que también atravesó los vaivenes de la exposición mediática. Juntos son padres de Violeta, de 22 años, y Clara, de 19, quienes completan un cuadro familiar que ella protege con celo.
Ganadora del Oscar por El secreto de sus ojos y referente indiscutida de la actuación nacional, Villamil nunca se caracterizó por ofrecer declaraciones ligeras. Justamente por eso su frase generó tanto impacto: porque no la pronunció desde la frivolidad, sino con la seguridad de alguien que sabe lo que construyó a lo largo de los años.
Al final, la confesión íntima de Soledad Villamil puede entenderse como algo más que una broma subida de tono. En realidad, fue una declaración de principios sobre cómo sostener un vínculo en el tiempo: con honestidad, con deseo y con la capacidad de reírse juntos. Lo demás, parece sugerir, es accesorio.