Jana Maradona es una de las cinco herederas de Diego Maradona, aunque su historia con el astro del fútbol no fue sencilla. Nacida en 1996, pasó gran parte de su vida sin conocer a su padre en persona, hasta que en 2014 logró encontrarse con él tras una intensa búsqueda. A diferencia de otros casos, Diego no puso resistencia cuando finalmente se vieron y ese encuentro marcó un antes y un después en su vida.
El camino para llegar a Diego Maradona no fue fácil. Jana Maradona intentó contactarlo a través de conocidos, escribió cartas y movió cielo y tierra para que la reconociera. Sin embargo, nada parecía funcionar hasta que una periodista cercana a su madre le informó que el Diez estaba en un gimnasio de Cañitas. Sin dudarlo, tomó su cartera y fue hasta el lugar. La espera en la recepción se sintió interminable, pero valió la pena: finalmente pudo ver cara a cara a su padre.
El primer gesto de Diego Maradona fue abrazar a Valeria Sabalain, la madre de Jana Maradona. Luego se dirigió a su hija y, con un tono sincero, le pidió perdón por los años de ausencia. La conversación fluyó con naturalidad, y en un momento clave, la joven le preguntó con timidez: “¿Entonces soy tu hija?”. La respuesta de Maradona fue categórica: “Y sí mamita, si sos igual a mí”. Desde entonces, su relación creció y compartieron momentos que, aunque tardíos, fueron significativos para ambos.
La muerte del exfutbolista en 2020 no solo fue un duro golpe para su familia, sino que también sirvió como punto de unión entre sus cinco hijos. Sin conflictos ni disputas, formaron un lazo especial y cada uno se convirtió en un pilar para el otro. Gianinna Maradona, por ejemplo, fue quien reveló públicamente que Jana decidió mudarse a Uruguay para comenzar una nueva etapa en su vida.
En su nueva residencia, primero probó suerte en Punta del Este, pero con el paso del tiempo decidió instalarse en Montevideo, donde encontró su lugar en el mundo. Fascinada por la ciudad, expresó en una entrevista: “Estoy completamente enamorada de la rambla de Montevideo. No sé si los montevideanos la aprecian tanto, pero para mí es un auténtico paraíso”.
Además de disfrutar de su vida en Uruguay, Jana emprendió en el mundo del maquillaje con su marca “Venere Make Up”. Se trata de un servicio especializado en embellecer eventos con glitter, gemas, tatuajes personalizados y maquillaje flúor. Gracias a su talento, diversas figuras del espectáculo confiaron en su trabajo, entre ellas Jesica Cirio, Flor Vigna y Sabrina Garciarena, quien la contrató para el cumpleaños de su hija.
El crecimiento de su emprendimiento y su nueva vida en Montevideo reflejan la evolución de Jana Maradona, quien ha logrado construir su propio camino más allá de la sombra de su padre. Con determinación y pasión, sigue escribiendo su historia, demostrando que su identidad va mucho más allá de su apellido.
En la actualidad, Jana Maradona combina su pasión por el maquillaje con su amor por la naturaleza y la vida tranquila en Uruguay. En sus redes sociales, comparte postales de su día a día, reflejando su entusiasmo por esta nueva etapa. Aunque su apellido la vincula a una de las figuras más icónicas del fútbol, ha sabido labrar su propio destino con esfuerzo y dedicación.