Los Martín Fierro de Streaming dejaron imágenes, discursos y celebraciones, pero también actitudes que siguieron dando que hablar cuando las luces se apagaron. Entre las voces que no dejaron pasar lo ocurrido estuvo la de Moria Casán, que analizó la gala con lupa y lanzó una crítica filosa contra Nico Occhiato y Flor Jazmín Peña por comportamientos que, según ella, rozaron la soberbia.
Desde La mañana con Moria, la One puso el foco en el recorrido de Nico Occhiato y en cómo el crecimiento de Luzu TV habría impactado en su perfil público. Con su estilo frontal, marcó una diferencia clara entre el pasado y el presente del conductor: “Yo te lo digo como señora mayor, que puede ser la abuela, yo soy opinóloga nacional porque me pagan para eso y el lugar me lo inventaron ustedes. A todo esto yo pienso que del chico que yo conocí obviamente se ha convertido en un empresario muy notable y está medio endiosado”.
La observación no quedó solo en él. Moria Casán también cuestionó las declaraciones de Flor Jazmín Peña, quien había salido a respaldar a su pareja tras las críticas. Para la diva, esa defensa pública fue más allá del amor y dejó un mensaje incómodo. “El otro día escuché que su novia dijo, tiene que decir lo que se le dé la gana porque es el líder del canal (Luzu). Me pareció un poquito soberbia la novia. ¿Qué dirán Del Moro, Marley, Iván de Pineda, todos los que hay que están hace años?”, lanzó, sin vueltas.
Lejos de bajar el tono, Moria redobló con una frase que rápidamente se viralizó en redes sociales. “La chica puede estar enamorada y todo, pero ‘mi novio puede decir lo que quiere porque es el líder del canal’. Perdón, hacé la posición de yoga y meté la cabeza para abajo a ver si te va la sangre, bebé”, ironizó, dejando en claro que para ella el éxito no habilita ciertos modos.
El contexto de la gala alimentó aún más la lectura crítica. Durante la ceremonia, varios gestos de Nico Occhiato quedaron registrados por las cámaras y luego amplificados en redes: su actitud distante en la alfombra roja, la falta de contacto visual en entrevistas y una expresión seria en momentos donde el auditorio celebraba. Para muchos, esos detalles reforzaron la sensación de incomodidad.
Uno de los momentos más comentados fue la ovación al CONICET, donde la reacción de Occhiato contrastó con la del resto de los presentes. Ese contraste fue interpretado por algunos como tensión acumulada por la expectativa de los premios, y por otros como una señal de desconexión con el clima general de la noche.
Sobre ese punto, Moria Casán fue categórica al trazar comparaciones dentro del universo del streaming. “Están subidos a unicornios que ni existen y yo lo que veo en los demás es una cosa más tranqui, tanto la gente de Olga como Rosemblat, que estaban disfrutando la noche”, sentenció, dejando una advertencia implícita: el éxito puede marear rápido, pero la humildad sigue siendo una cuenta pendiente cuando las cámaras siguen encendidas.