UNA SEMANA DE LAS ELECCIONES

Brasil: cronología de la polarización

El país enfrenta días difíciles tras la victoria de Lula que Bolsonaro sigue sin reconocer.
domingo, 6 de noviembre de 2022 · 17:00

En un año donde la violencia política fue uno de los ejes en la campaña para ganar la presidencia en Brasil, el pasado domingo las urnas hablaron y con el 50.9% le dieron la victoria a Lula Da Silva el candidato de izquierda que derrotó a Bolsonaro con solo dos millones de votos de diferencia.

Luego de una larga jornada donde la incertidumbre se apoderaba de los más de  200 millones de brasileños, el Tribunal Electoral dio como ganador al candidato del PT con el 98% de las mesas escrutadas. El resultado final arrojó un 50,9% para Lula frente a un 49,1% de Jair Mesias Bolsonaro, solo 1,8 puntos de distancia y dos millones de votos de diferencia. Muy lejano de lo que las encuestas previas señalaban, el bolsonarismo se hizo fuerte y dio pelea hasta el final en las urnas.

Lula en su discurso anunció que gobernará “para todos los brasileños” y celebró su triunfo junto a su alianza política que le ayudó a quedarse con la presidencia. Al transcurrir las horas, mientras los presidentes del mundo felicitaban a Lula (Biden y Macron por mencionar algunos) el rival no daba ningún tipo de señal de vida. Aunque sus principales aliados Sergio Moro (ex Ministro de Justicia y Senador electo) y Tarsicio de Freitas (Gobernador electo de San Pablo) aceptaron el triunfo del candidato del PT.

El silencio de Jair se hizo más largo de lo esperado, la pregunta de si aceptaría o no la derrota comenzó a generar un ambiente hostil que despertó en sus seguidores un impulso para manifestarse en contra de los resultados. El día después de las elecciones, camioneros bolsonaristas cortaron algunas rutas mostrando su descontento, hecho que se replicó rápidamente en todo Brasil y ya para el martes había barricadas y cortes en 25 estados.

Pero Bolsonaro rompió el silencio después de 48hs, en un discurso donde muchos esperaban que en su eufórica personalidad gritara “fraude electoral”, pero lejos de eso aclaró que él respeta la constitución, aunque en ningún momento reconoció la victoria de Lula. También se expresó sobre las manifestaciones de sus seguidores explicando que son fruto de la indignación y el resentimiento de injusticias sobre cómo se llevó adelante el proceso electoral.

Pese a que todos sus simpatizantes esperaban otras declaraciones de su líder, el miércoles miles se autoconvocaron en todos los estados de Brasil para movilizarse en contra de los resultados, a cantos de “fraude” y llegando a pedir un golpe de estado con la intervención del ejército militar. Una demostración de la polarización que tendrá que enfrentar el nuevo presidente que asumirá el 1 de enero.

Con el clima tenso en todo el país, que se venía arrastrando desde la campaña política con graves hechos de violencia de parte de los bolsonaristas hacia cualquier simpatizante del PT, la transición comenzó a dar sus primeros pasos el jueves con la reunión entre el equipo de Lula y Bolsonaro. El actual mandatario le dio el visto bueno a su ministro para que comenzara el proceso de transición y así tratar de respetar sus dichos de moverse bajo “las cuatro paredes de la constitución” .

Un país totalmente dividido enfrentará Lula a partir del 2023, con una oposición fuerte, los principales estados gobernados por la derecha y la incertidumbre de saber que papel tomará Bolsonaro como “ex presidente”.

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