La inmigración en los países de la OCDE alcanzó niveles sin precedentes en 2022 con 6,1 millones de "nuevos inmigrantes permanentes", sin incluir a los refugiados ucranianos. Se trata de un aumento del 26% respecto al año anterior, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos publicado hoy. Canadá y el Reino Unido reportaron las cifras más altas registradas.
Las solicitudes de asilo también alcanzaron "la cifra más alta jamás registrada", con dos millones de nuevas peticiones. El aumento se vio impulsado en gran medida por el incremento de las solicitudes en Estados Unidos, que alcanzaron las 730.000, frente a menos de 190.000 en 2021. Los principales países de origen fueron Venezuela, con 221.000 solicitantes, Cuba con 180.000, Afganistán con 170.000 y Nicaragua con 165.000.
Y si a las cifras se suman los flujos de refugiados procedentes de Ucrania, en junio de 2023 había unos 4,7 millones de ucranianos desplazados en los países de la OCDE. En términos absolutos, Alemania, Polonia y Estados Unidos acogen el mayor número de refugiados llegados de Ucrania, mientras que Estonia, la República Checa y Lituania han recibido la mayor cantidad, en proporción con sus respectivas poblaciones.
Entretanto, las adquisiciones de la ciudadanía en los países de la OCDE también alcanzaron un nuevo máximo en 2022, con 2,8 millones, según datos preliminares. Al mismo tiempo, entre 2021 y 2022, la tasa de empleo de los inmigrantes mejoró en todos los países de la OCDE, excepto Polonia. El número de admisiones de estudiantes internacionales se acercó por primera vez a los 2 millones. Para hacer frente a este reto, existen dos cuestiones políticas:
Muchos países de la OCDE que sufren escasez de mano de obra han dado prioridad a la migración laboral en su agenda política. Australia y Alemania están planeando cambios significativos en sus marcos de migración laboral, mientras otras naciones han aumentado sus objetivos de migración laboral.