Dimitri Medvedev, presidente ruso entre los dos ciclos de Putin, parece ser el encargado de ponerle nombre a muchas cosas que el presidente Putin sugiere. En las últimas horas, volvió a insistir con el riesgo de una crisis nuclear mundial.
Tras cuestionar el suministro de armas a Ucrania por parte de Occidente, Medvedev aseguró: "Nuestros enemigos están haciendo precisamente eso (suministrar armas a Ucrania), no queriendo entender que sus objetivos obviamente conducirán a un fiasco total. Pérdidas para todos. Colapso. Apocalipsis. Olvidar durante siglos, hasta que los bloques humeantes dejen de emitir radiación".
Por si quedaban dudas, Medvedev dejó en claro que no existe la posibilidad de que Rusia deje de existir. Porque si eso sucede, la que dejará de existir será “toda la civilización humana”.
Más allá de sus frases sensacionalistas, el dirigente ruso aclaró que no hay posibilidad de encarar una mesa de negociaciones mientras Occidente continúe proveyendo de armas a Kiev. Y dejó en claro que, aunque las manifestaciones públicas en su apoyo escasean, Rusia “no está solo” sino que está acompañada por buena parte de la población mundial, ya que los países que apoyan a Ucrania reúnen solo el 15% de la población mundial.
La semana pasada, Medvedev había afirmado que “si Rusia termina la operación militar especial sin una victoria, Rusia dejaría de existir, se haría pedazos”. Además, había atacado duramente a Estados Unidos, y en particular a su presidente Joe Biden, a quien trató de abuelo senil.