Bolivia apoya a Putin, acusado de crímenes de guerra

La reciente decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de emitir una orden de arresto contra el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusado de crímenes de guerra, ha generado diversas reacciones. Por parte del Kremlin ésta ha sido por supuesto desconocer la autoridad del organismo internacional. Sin embargo, más curiosa, por la lejanía al conflicto y al conocimiento de las graves causas que impulsaron esa orden de captura internacional, ha sido la respuesta del ex presidente de Bolivia, Evo Morales, quien desde su cuenta personal de twitter, criticó la decisión de la la CPI: "Estas expresiones que comienzan hablando del "hermano Putin", deben ser contextualizadas más allá de la dialéctica ideológica y la falacia de decir que esa denuncia "pretende mantener el estado de guerra entre dos pueblos hermanos de Europa". 

Es conocida la postura de Evo Morales en relación a sus vínculos con Rusia y China que ha facilitado, junto a Venezuela, la presencia de dichos países en Latinoamérica. Hace unas semanas el embajador de Rusia, Mikhail Ledeneven, tuvo declaraciones que dejaban en claro su postura anti Estados Unidos y cercanía con el ex presdiente.

No es casual que tanto el discurso del embajador Ledenev como esta diatriba pro rusa de Evo Morales se den en un contexto donde la situación económica del gobierno que encabeza Luis Arce pasa por dificultades. Allí aparece la Rusia de Putin para ayudar a estabilizar la situación. Las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia descendieron de 15.123 millones dólares en 2015 a sólo 3.538 millones en febrero de este año, de los cuales apenas 302 millones están en divisas. Esta reducción, provocada principalmente por la caída de las exportaciones y el contexto internacional de inflación, despertó cierto temor entre la población que se ha lanzado a comprar dólares para mantener sus ahorros.

Tampoco es casual que este apoyo de Evo Morales a Putin se haya dado luego de que Arce mantuviera, según sus palabras, "una importante conversación telefónica con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, con quien reafirmamos nuestras buenas relaciones de amistad y cooperación en lo comercial, económico, energético, educativo, ciencia y tecnología para el desarrollo de nuestros pueblos".

La ecuación política sería entonces: una Bolivia con dificultades económicas encuentra apoyo de Rusia. Esto se desprende tanto por el discurso del embajador como por las declaraciones del presidente Arce. La devolución de favores viene desde lo político con un discurso ideologizado, el cual es necesario contextualizar para observar esta continuidad de presencia rusa en Bolivia.