La inflación crónicamente alta, el aumento de las tasas de interés y las incertidumbres resultantes del colapso de dos grandes bancos estadounidenses han hecho que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya empeorado su pronóstico sobre el crecimiento económico mundial. Así lo confirmó la directora gerente del organismo Kristalina Georgieva, cuando señaló que el PIB mundial "tocará fondo en 2023". De todos modos dijo que el crecimiento volvería en 2024.
El FMI ahora prevé un crecimiento para este año del 2,8%, por debajo del 3,4% que hubo en 2022 y de las estimaciones que habían realizado el pasado enero para este 2023 (2,9%). Por otra parte, pronosticó una inflación global de 7% para este año: por debajo de la que hubo en 2022 (8,7%), pero por encima del 6,6% que habían anunciado a principio de año.
El Fondo habló de la posibilidad de un "aterrizaje forzoso" generado por un aumento de las tasas de interés que debilitará el crecimiento. El ente cree que ese escenario aumenta “considerablemente" la posibilidad de causar una recesión, especialmente en los países más ricos del mundo. Asimismo, advirtieron que esas condiciones también pueden hacer crecer los riesgos para la estabilidad financiera mundial.