Al menos 43 personas fallecieron en Siria tras una serie de ataques en campos de recolección de trufas. El principal ataque ocurrió en la zona de Duizen, provincia de Hama, en el noroeste de Siria. Allí aún hay activas células del grupo radical Estado Islámico.
Según el OSDH, el ataque es responsabilidad de yihadistas sirios. También señalaron que es habitual que se registren ataques como este durante la cosecha de trufas, ya que en los campos hay muchos yihadistas y también muchas minas plantadas.
Estado Islámico está activo en muchas zonas desérticas. Desde febrero, más de 200 personas, en su mayoría civiles, murieron por recibir ataques del grupo. No obstante, su nivel de actividad es mucho menor que años atrás, debido a las intensas medidas adoptadas por el gobierno central sirio.
El país atraviesa una dura crisis social, económica, humanitaria y política. Lleva doce años de conflicto armado entre el gobierno y grupos insurgentes. Como resultado, alrededor del 90 por ciento de la población vive en la pobreza.