El Papa Francisco aprovechó la misa del Domingo de Pascuas, con una plaza San Pedro llena por 100.000 personas, para enviar un mensaje de paz a Medio Oriente. Allí, el conflicto entre Israel y grupos armados libaneses y palestinos recobró protagonismo, con atentados y explosiones a uno y otro lado de la frontera.
"En este día te confiamos, Señor, la ciudad de Jerusalén, primer testigo de tu Resurrección. Expreso mi profunda preocupación por los ataques de estos últimos días, que amenazan el deseado clima de confianza y respeto recíproco, necesario para retomar el diálogo entre israelíes y palestinos, de modo que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región", expresó Francisco, durante su pedido.
El Papa presidió la misa luego de sus días de internación por una afección pulmonar, aunque la celebración en sí fue oficiada por Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio.
Francisco, por supuesto, también se refirió al conflicto en Ucrania. "Ayuda al amado pueblo ucraniano en el camino hacia la paz e infunde la luz pascual sobre el pueblo ruso. Consuela a los heridos y a los que han perdido a sus seres queridos en la guerra, y haz que los prisioneros puedan volver sanos y salvos con sus familias", dijo el pontífice.
Asimismo, envió un mensaje a los líderes de la comunidad internacional, quienes al momento se han mostrado incapaces de encontrar una solución al conflicto. Al respecto, pidió "abrir los corazones de toda la comunidad internacional para trabajar por el fin de esta guerra y de todos los conflictos que tiñen de sangre el mundo".