MEDIO ORIENTE
Lo que viene luego del ataque israelí sobre Irán
Si bien se esperaba un contundente ataque israelí sobre Irán, lo que pasó el sábado puede ser considerado cómo moderado.Solo se podrá definir el verdadero alcance del ataque de Israel sobre Irán del sábado a la madrugada cuando quede mas claro el impacto real que tuvo sobre su sistema de defensa aérea, en sus bases de misiles y drones, y en los sitios de producción de armas. Todavía no lo sabemos. Pero si consideramos dicha operación como la respuesta al masivo ataque con misiles balísticos de Irán del 1 de octubre sobre territorio israelí y como una oportunidad histórica de romper con el statu quo que después del 7O se volvió inaceptable para Israel, parece poco.
¿Por qué el gobierno de Bibi decidió no golpear instalaciones nucleares o petroleras, ni objetivos gubernamentales? Seguramente hayan pesado las recomendaciones de la administración Biden para que la operación militar no provoque una escalada regional de impredecibles consecuencias y que además altere drásticamente la economía mundial y derrumbe definitivamente las aspiraciones de Kamala Harris de convertirse en la primera mujer que llegue a la presidencia de EEUU. En la Casa Blanca esperan que lo de ayer marque el final del intercambio militar directo entre Israel e Irán.
Según algunas informaciones publicadas por la prensa, Israel habría advertido a los iraníes que no respondieran al ataque si no estaban dispuestos a entrar en una guerra abierta a todo o nada. En las últimas horas, Irán amenazó con hacerlo. Ahora todo está en sus manos. Si decide responder, revelará en la manera en que lo haga, cuánto afectó su capacidad militar el ataque israelí. La teocracia deberá decidir entre aparecer débil o escalar el conflicto hacia escenarios desconocidos, entre ellos el que podría poner en juego su supervivencia en el poder.
Hace pocas horas fuentes gubernamentales israelíes dijeron que si la República Islámica contesta el ataque, los centros de gobierno y los altos comandantes de la Guardia Revolucionaria estarán entre los posibles objetivos israelíes. El canal 14 de Israel citó a un alto funcionario de seguridad de ese país diciendo: "La cantidad de información que reunimos durante el ataque equivale por sí sola a meses de trabajo de inteligencia".
Israel buscó más que nada dejar bien en claro las debilidades del régimen iraní ya que, con tiempo suficiente para prepararse, no pudo evitar que se golpeara con aparente facilidad sus radares y las instalaciones de defensa. Se trató, según los expertos militares, de una demostración contundente del poderío israelí a la altura de lo que es: una superpotencia militar.
A pesar de esta superioridad y de los fenomenales éxitos militares de los últimos meses, entre los que se destacan el descabezamiento de las cupulas de Hamas y Hezbolá, el ataque a través de los beepers, y la capacidad demostrada ayer para golpear objetivos estratégicos militares iraníes a más de 1400 kilómetros, Israel no ha podido modificar su situación estratégica y las amenazas que representan los grupos proxis de Irán que siguen presentes, aunque debilitados.
Muchos analistas pensaban que éste era el momento para hacer tambalear al régimen iraní, principal responsable de que Israel sufra ataques desde siete frentes, y hacer lo posible para que reconsidere su estrategia regional. Si bien esto no sucedió, queda abierto el interrogante sobre si lo del sábado a la madrugada fue solo el paso previo para poder avanzar, más temprano que tarde, con otro golpe militar para intentar romper, de una vez por todas, el actual escenario. ¿Será después de las elecciones en Estados Unidos?