El gobierno argentino presentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU el caso del gendarme Nahuel Gallo, víctima de desaparición forzada por parte de la narcodictadura venezolana, en el marco de un informe que documenta graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
En Ginebra, el embajador Carlos Foradori expuso con firmeza las conclusiones de la Misión Internacional de Determinación de los Hechos de Naciones Unidas, que constató detenciones arbitrarias, torturas y muertes bajo custodia durante el período posterior a las elecciones presidenciales de 2024 en Venezuela.
El informe revela una represión creciente contra opositores, periodistas y manifestantes, además de una persecución sistemática hacia extranjeros. Entre las denuncias más graves se encuentran ejecuciones sumarias que afectan incluso a jóvenes y niños.
Foradori advirtió que “como un ritual sin misa, la voz de Argentina se levanta nuevamente, como lo hemos realizado desde hace muchos años desde esta misma banca, para denunciar la violación sistemática de derechos humanos en Venezuela, que ya se ha convertido en un hábito y práctica muy penosa, casi la materia prima de su política”.
El diplomático señaló que la situación actual no requiere remitir al pasado, pues “esta situación es parte de nuestro propio presente. Y el presente, señor Presidente, no necesita memoria. Como una máquina caprichosa del tiempo, en Venezuela no solo se ha logrado generar incertidumbre sobre el futuro, sino también sobre el pasado”.
El gendarme fue detenido cuando intentaba ingresar legalmente a Venezuela, con toda la documentación en regla, para reunirse con su esposa María Alexandra Gómez y su hijo de dos años. Desde entonces, sin acceso a garantías judiciales ni consulares, permanece desaparecido bajo custodia del régimen.
Las autoridades argentinas y la familia de Gallo han exigido su liberación inmediata, pero hasta el momento la narcodictadura venezolana no ha respondido, manteniéndolo como rehén y sin revelar su paradero ni condiciones de detención.
El gobierno de Javier Milei ha adoptado una postura confrontativa contra los líderes venezolanos y fue de los primeros en denunciar el fraude electoral masivo ocurrido en las últimas elecciones presidenciales del país vecino.
Foradori concluyó con un llamado a la esperanza y a la transformación democrática: “Cambiamos de escenario, pero nada conmueve a Venezuela. La situación parece condenada a perpetuidad. No obstante, esperamos, quizá ingenuamente, que Venezuela nos escuche, que tenga un poco más de humanidad, que piense en su gente, en su pueblo, un pueblo que toda América Latina lo cuida más que en su propio territorio. También deseamos que Venezuela muy pronto se contagie de un virus maravilloso, el de la democracia, del respeto a la vida y de la libertad”.