Una tormenta en la antesala del recambio
Faltan pocos días para las elecciones nacionales y, puertas adentro de Casa Rosada, ya nadie duda de que se vienen cambios fuertes. Javier Milei planea reordenar su equipo con un objetivo claro: oxigenar la gestión y ponerle freno al desgaste que se siente hasta en los pasillos.
El Presidente sabe que no puede llegar a fin de año con las mismas caras. Patricia Bullrich, Luis Petri, Mariano Cúneo Libarona y el vocero Manuel Adorni ya tienen fecha de salida, y con ellos se abre una serie de movimientos que prometen reconfigurar por completo el Gabinete libertario.
Pero la historia no termina ahí. Mientras se buscan reemplazos, el PRO empieza a mostrarse más activo que nunca. Desde el entorno de Mauricio Macri dejan trascender que podrían sumar “algunos nombres técnicos” en áreas sensibles. Una manera elegante de decir: el macrismo quiere volver a tener las manos en el tablero.
Adorni, Bullrich y Petri: las primeras fichas que se mueven
El primer cambio será visible y simbólico: Manuel Adorni dejará de ser la voz del Gobierno. Su salida hacia la Legislatura porteña marca el final de una etapa de comunicación y el inicio de otra. En su lugar quedará Javier Lanari, un hombre de bajo perfil público pero de fuerte presencia digital, muy cercano al círculo presidencial.
También se despide Patricia Bullrich, que irá al Senado, y con ella se va parte del sello del PRO dentro del oficialismo. Su reemplazo estaría entre técnicos de su entorno, aunque dentro del Gobierno hay quienes empujan por un cambio más profundo.
En Defensa, la salida de Luis Petri abre otro interrogante. Milei busca a alguien que mantenga el equilibrio entre los libertarios y los aliados amarillos, sin despertar recelos en ninguno de los dos sectores. Y eso, dentro de su esquema, no es tarea fácil.
Macri mira de cerca… y mueve las piezas
El vínculo entre Javier Milei y Mauricio Macri sigue intacto, aunque cada encuentro deja nuevas lecturas políticas. En Olivos ya se habla de “la mesa chica extendida”, donde el expresidente opina sobre áreas “descoordinadas” y sugiere perfiles “más ejecutivos”.
Desde el PRO no lo dicen abiertamente, pero varios de sus dirigentes se preparan para desembarcar en segundas líneas: secretarías, direcciones o áreas técnicas que quedaron vacías. En Balcarce 50, algunos lo leen como una “colaboración institucional”; otros, como una lenta colonización amarilla del Gobierno libertario.
En cualquier caso, el movimiento está en marcha. Y Macri no oculta su interés en influir sobre la nueva etapa, especialmente en temas de gestión económica y seguridad, donde ve espacio para “profesionalizar” la estructura.
Francos, Caputo y una chicana con destino político
El otro eje del reacomodo tiene nombre y apellido: Santiago Caputo. El estratega de campaña y asesor más escuchado por el Presidente volvió a quedar en el centro de la escena luego de una frase punzante del jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
“Hay actores del Gobierno que no tienen cargo, pero toman decisiones. Tal vez sea hora de que asuman responsabilidades”, lanzó Francos, en una frase que sonó más a desafío que a comentario casual.
La respuesta, por ahora, es el silencio. Pero en el entorno de Caputo aseguran que hace meses se prepara para un eventual desembarco formal en la gestión. La pregunta ya no es si entrará, sino cuándo y en qué rol.
Lo que viene: un “reseteo” libertario con color PRO
Lo que se cocina en silencio en los despachos de la Rosada es más que un simple recambio de nombres: es un rediseño político. Milei busca combinar frescura, gestión y equilibrio entre libertarios puros y aliados. Y en esa mezcla, Macri vuelve a aparecer como un jugador clave.
El propio oficialismo reconoce que después del 26 de octubre nada será igual. Habrá menos improvisación, más control político y, posiblemente, nuevos protagonistas. El tablero se mueve, y todos quieren asegurarse una casilla.