La mitad de los hogares argentinos recurre a distintas estrategias no monetarias para cubrir sus gastos mensuales. Así lo reveló un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que detalla cómo las familias complementan sus ingresos a través del uso de ahorros, la venta de bienes, el endeudamiento y la financiación de compras.
De acuerdo con el estudio “Estrategias de manutención: ¿cómo organizan su economía los hogares argentinos?”, correspondiente al primer semestre de 2025, el 37,4% de los hogares utilizó sus ahorros para afrontar gastos cotidianos, mientras que más de la mitad (50,9%) optó por comprar en cuotas o al fiado, ya sea con tarjeta de crédito o libreta.
El endeudamiento también se consolidó como una herramienta clave: un 16,1% pidió dinero prestado a familiares o amigos y un 14,2% recurrió a entidades financieras. Además, el 9,3% debió vender pertenencias para sostener el consumo.
El Indec comparó estos resultados con los de 2003 y advirtió un fuerte crecimiento en el uso de mecanismos de financiamiento y descapitalización. En aquel entonces, sólo el 19,9% de los hogares recurría a sus ahorros, y las compras en cuotas alcanzaban al 22%. Hoy, esos porcentajes prácticamente se duplicaron.
El informe también muestra un incremento notable del crédito formal: los préstamos con bancos y financieras pasaron del 3,4% en 2003 al 14,2% en 2025, un salto de más de diez puntos porcentuales.
Las estrategias varían de acuerdo con la posición económica de los hogares. Mientras los sectores de ingresos medios tienden a usar ahorros o vender bienes, los de ingresos bajos dependen en mayor medida del endeudamiento, especialmente de tipo informal, a través de familiares o amigos.
En total, uno de cada cuatro hogares argentinos se endeudó durante el primer semestre de 2025, cifra que asciende a uno de cada tres en los sectores más vulnerables. En cambio, en los hogares de mayores ingresos predomina el crédito formal con bancos o financieras.
El uso de ahorros mostró un repunte en los últimos años: después de un salto entre 2018 y 2020 —cuando rondó el 35%—, el indicador volvió a crecer en 2024, alcanzando un máximo histórico de 40,1%.
“El aumento de la financiación de gastos, tanto por vías formales como informales, y la mayor utilización de ahorros para gastos corrientes reflejan una pérdida del poder adquisitivo y una caída de los ingresos en especie”, señaló el organismo.
La radiografía del Indec deja en evidencia un fenómeno persistente: frente a la falta de ingresos suficientes, los hogares argentinos recurren cada vez más a estrategias que implican endeudarse o descapitalizarse para sostener su nivel de vida.