La ciudad santafesina de Vera atraviesa horas de angustia y devastación. En medio de un diluvio que batió récords de precipitaciones, una mujer de 78 años falleció y más de un centenar de personas fueron evacuadas. Las lluvias, que comenzaron la noche del lunes, acumularon más de 420 milímetros en tan solo seis horas, lo que provocó el colapso total del sistema pluvial urbano, dejó viviendas anegadas, calles intransitables y obligó a suspender las clases en todos los niveles.
La víctima fatal fue identificada como Olga Cándida Pintos, una jubilada con antecedentes cardíacos que, según su hijo, sufrió un infarto en medio de la emergencia. Su muerte se convirtió en el rostro más doloroso de una catástrofe climática que impactó de lleno en la vida cotidiana de esta ciudad del norte provincial.
“La lluvia no nos dio tregua. Nunca vimos algo así en la historia de Vera”, lamentó la intendenta Paula Mitre, visiblemente conmocionada por la magnitud del fenómeno. La funcionaria describió un escenario desbordado: “El agua superó toda capacidad de escurrimiento y la Ruta 11, que atraviesa la ciudad, actuó como una barrera, impidiendo aún más la evacuación del caudal acumulado”.
En medio del colapso, 117 personas debieron ser alojadas en clubes y centros vecinales habilitados como refugios temporales. A su vez, otras 23 fueron atendidas en el hospital local por distintas complicaciones de salud. No obstante, la mayoría de las familias afectadas optó por permanecer en sus casas o buscar contención en domicilios de familiares, por temor a perder sus pertenencias.
Frente a esta emergencia, el Gobierno provincial desplegó un operativo de asistencia con personal de Protección Civil, bomberos voluntarios, brigadas acuáticas y equipos de salud. Según el secretario del área, Marcos Escajadillo, la situación comenzó a estabilizarse hacia la mañana del martes, cuando las lluvias cesaron y el nivel del agua empezó a descender lentamente. Sin embargo, las consecuencias estructurales y emocionales del temporal seguirán presentes por mucho más tiempo.
Además del daño en viviendas y calles, se produjeron cortes de energía eléctrica, caída de árboles y serios inconvenientes en rutas provinciales, como la Ruta 11, donde la visibilidad del asfalto se redujo casi por completo. La Agencia de Seguridad Vial recomendó evitar desplazamientos salvo en casos de extrema necesidad, debido a la peligrosidad de las condiciones del terreno.
El panorama se complica aún más con la llegada de un frente frío que, según el Servicio Meteorológico Nacional, podría traer más lluvias y hasta aguanieve en zonas de montaña durante los próximos días, especialmente en Mendoza, donde este martes también se registró una fuerte caída de granizo en Luján, Rivadavia y Maipú.
Vera quedó bajo el agua. Y con ella, emergió la fragilidad de muchas ciudades ante fenómenos climáticos extremos que se vuelven cada vez más frecuentes y agresivos. La muerte de Olga Cándida Pintos es un llamado de alerta: no se trata solo de infraestructura colapsada, sino de vidas humanas expuestas al límite.