En medio de la preocupación por los casos de fiebre tifoidea detectados en un edificio de Ciudadela, el reconocido infectólogo Eduardo López advirtió a la agencia Noticias Argentinas que “hay una fuente común, probablemente en el agua”, y llamó a actuar con rapidez para contener el brote.
La fiebre tifoidea es una enfermedad causada por la bacteria Salmonella typhi, que se transmite principalmente a través de agua contaminada, alimentos mal cocidos o crudos, y por contacto con materia fecal.
López explicó que la enfermedad provoca fiebre alta, dolor abdominal, diarrea y puede derivar en cuadros graves como deshidratación o septicemia. “No hay riesgo de una epidemia masiva, pero sí de brotes localizados, como podría estar ocurriendo en este caso”, señaló.
El especialista insistió en la importancia de la prevención: hervir alimentos, desinfectar frutas y verduras con lavandina, y asegurarse de que el agua consumida esté correctamente potabilizada. Además, advirtió sobre el uso de agua de pozo sin tratamiento y recomendó consultar al médico ante síntomas gastrointestinales persistentes en varios miembros de una familia.
“La clave es detectar rápido el foco y cortar la cadena de transmisión”, concluyó López.