El escándalo que nadie puede frenar
Los audios atribuidos al exdirector de la ANDIS, Diego Spagnuolo, desataron una tormenta en el corazón del oficialismo. La supuesta confesión sobre coimas vinculadas a la droguería Suizo Argentina puso contra las cuerdas a Eduardo “Lule” Menem y, de rebote, a la mismísima secretaria de la Presidencia, Karina Milei.
La estrategia del silencio
En Balcarce 50 resolvieron que ni Javier ni su hermana hablen del tema. La orden fue clara: los Menem deben dar la cara y contener el fuego. Sin embargo, el silencio inicial terminó este fin de semana, cuando “Lule” reapareció en X con un extenso comunicado acusando al kirchnerismo de montar una “operación política burda”.
“Pongo las manos en el fuego”
Martín Menem, por su parte, eligió la pantalla chica. En A24 repitió ocho veces la misma frase: “Pongo las manos en el fuego por Karina y Lule”. La escena fue tan forzada como previsible: negar, culpar al kirchnerismo y reforzar la idea de un complot. Esta noche, se espera que repita el guion en LN+.
El fantasma de nuevas filtraciones
En la Rosada reconocen que hay más audios circulando. No saben su contenido ni su veracidad, pero anticipan más capítulos. “Será más de lo mismo”, deslizan cerca de Milei, que todavía digiere el golpe de ver a su “amigo” Spagnuolo convertido en enemigo íntimo.
La grieta se recalienta
Mientras los libertarios intentan blindarse, la oposición aprovecha la grieta. Para algunos, los audios son la punta del iceberg de un sistema corrupto; para otros, un show de operaciones políticas. Lo cierto es que el caso se volvió el nuevo combustible de la pelea eterna: libertarios contra kirchneristas, cada uno con su relato.