Mientras las fuerzas federales y provinciales monitoreadas por los ministros Luis Petri y Patricia Bullrich, y el gobernador de Buenos Aires Axel Kicillof trabajan incansablemente, incluso durante toda la noche, el Arzobispo de Bahía Blanca dio a conocer un mensaje de acompañamiento para todos los afectados por el peor temporal que se haya registrado hasta la fecha en esa ciudad.
Carlos Azpiroz Costa, y su obispo auxiliar, Pedro Fournau, expresaron “en estas horas de angustia que atraviesa nuestra ciudad queremos estar junto a quienes más sufren las consecuencias del temporal”.
“Asegurar nuestra oración por cada una de las víctimas de esta inundación, y estar cerca de quienes han perdido un ser querido; de quienes no logran todavía dar con el paradero de un familiar, o aquellos que han visto anegados sus hogares y han debido evacuarse. Dios les conceda el consuelo“, sostuvieron los eclesiásticos.
Y expresaron: “Hagamos juntos un refugio amparándonos en la mutua ayuda compasiva, milagro que emerge al reconocernos todos hermanos y en la misma barca. En medio de la tormenta, queremos con ustedes decir: ¡No estamos solos, Dios camina con nosotros y nunca nos abandona!“.
Agregaron que “la solidaridad nos renueva en el vínculo como Humanidad”. Y cerraron: “Al ver cómo somos capaces de organizarnos en comunidad para ayudar, incluso dejando de lado lo que nos enfrenta, no podemos dejar de ver -aun en medio de tanto sufrimiento- un signo de esperanza”, señalaron en directa alusión al trabajo conjunto de Nación y Provincia, que en la contingencia dejaron de lado todas las diferencias políticas puestas de manifiesto en otras ocasiones.
El termporal dejó diez muertos, más de mil evacuados y daños materiales incalculables. El gobierno nacional anunció el envío de algo más de 9 millones de dólares para ayudar en la reconstrucción de una ciudad que quedó devastada.