El fuerte temporal que afectó este martes al norte del Área Metropolitana de Buenos Aires volvió a dejar una postal conocida: la Panamericana anegada, vehículos varados y largas demoras para miles de automovilistas. Aunque la lluvia fue intensa pero de corta duración, el impacto volvió a ser inmediato y expuso, una vez más, las falencias estructurales de la infraestructura vial e hidráulica de la región.
Los cortes totales y las dificultades para circular se repiten tras cada tormenta fuerte. Según pudo reconstruirse, el problema no responde a un solo factor, sino a una combinación de crecimiento urbano desordenado, falta de planificación de cuencas y obras que quedaron obsoletas frente al aumento de la urbanización y los nuevos patrones climáticos.
Uno de los principales déficits se encuentra en la capacidad de drenaje pluvial en las zonas linderas a la Panamericana. Muchos de los sumideros, colectores y desagües fueron diseñados décadas atrás, cuando el volumen de construcción y pavimentación era considerablemente menor. Hoy, ese sistema resulta insuficiente para absorber lluvias intensas, lo que provoca la rápida acumulación de agua sobre colectoras y carriles principales.
Desde el sector técnico advierten que, si bien el incremento de eventos climáticos extremos agrava la situación, el foco sigue estando en la falta de obras hidráulicas integrales y en el mantenimiento deficiente de los sistemas existentes. Sin una intervención de fondo, los anegamientos seguirán repitiéndose con cada tormenta.
Entre las soluciones que especialistas consideran prioritarias se destacan la ampliación y modernización de los desagües pluviales, especialmente en zonas periurbanas; la construcción de reservorios temporales para retener el exceso de agua durante lluvias intensas; túneles aliviadores de gran capacidad y la limpieza periódica de cauces, canales y sumideros.
Mientras tanto, la Panamericana continúa siendo un punto crítico cada vez que el clima se vuelve adverso. Y el reclamo se repite: sin planificación y obras sostenidas, el caos vial seguirá siendo la consecuencia inevitable de cada temporal.