En el predio de La Rural, los caballos más pequeños del planeta, con apenas 70 centímetros de altura, atraen todas las miradas por su singular tamaño y elegancia. Estos ejemplares argentinos combinan una genética excepcional con un carácter amable que los hace únicos a nivel mundial.
Emilio Falabella, en diálogo con Noticias Argentinas, destacó que esta raza nació hace casi 80 años mediante cruzamientos naturales, lo que prolongó el proceso de selección genética. “Este tipo de animales tiene un carácter muy dócil. A pesar de que son criados en el campo, se adaptan a cualquier tipo de ambiente”, explicó.
En cuanto a sus cuidados, Falabella señaló que son menos exigentes que los caballos de mayor tamaño. “No requieren demasiados controles veterinarios. Su dieta principal son las pasturas y no necesitan grandes extensiones de tierra. Se recomienda un espacio de unos 300 metros cuadrados”, detalló.
Además, resaltó el valor terapéutico de estos caballos, que se emplean en terapias asistidas con animales, especialmente en equinoterapia. “Gracias a su buen carácter, logran generar vínculos muy positivos con los niños”, afirmó. Uno de los objetivos principales de la raza es facilitar la convivencia del caballo en entornos domésticos.
Si bien el mercado es reducido, estos caballos son muy codiciados tanto en Argentina como en el extranjero, con un valor aproximado de 10 mil dólares. Su popularidad crece año tras año entre los aficionados de esta raza singular.
En la actual edición de la Expo Rural, dos ejemplares llamados Rocky y Ringo, provenientes directamente del campo, se roban la atención de los visitantes que recorren el predio, demostrando la ternura y perfección que caracteriza a esta raza única.