La escena cultural del Alto Valle se prepara para recibir a uno de los actores más emblemáticos de los últimos tiempos, que con los personajes que interpretó en algunas de las series más exitosas de los últimos tiempos -como Okupas, El Marginal o El Eternauta- ha logrado cautivar a diferentes generaciones de argentinos.
Se trata de Ariel Staltari, quien charló con Huguex Cabrera en Tardes de Primera (el ciclo del Canal de Noticia 24/7) en la previa a su llegada a la capital provincial con su unipersonal "Agotados", obra basada en la aclamada pieza de Broadway "Fully Committed".
De esta manera, su adaptación (la cual llevó adelante junto a Pablo Fábregas) promete ser una experiencia teatral única, donde el público se sumerge en el vertiginoso mundo de un restaurante de alta cocina con más de 40 personajes, llevados adelante por un sólo intérprete.
La cita será este viernes en el Casino Magic, pero también se presentará el sábado en el Centro Cultural de Cipolletti y el domingo en La Casa del Cultura de General Roca.
"La verdad que asumo un riesgo importantísimo, que creo que vale la pena porque la obra ofrece un vértigo de una hora en la que no paro. Literalmente, no hay pausa. Entonces hay una apuesta física, psicológica y emocional muy contundente", expresó el artista en esa entrevista.
Sin embargo esto no parece ser un problema, ya que la trayectoria de Staltari es un testimonio de resiliencia y pasión. Su camino hacia la actuación no fue un simple capricho, sino el resultado de un renacer. Tras enfrentar y superar una leucemia, el actor encontró en el arte una forma de expresión y un propósito de vida. Justamente, Ariel contó en más de una oportunidad que está experiencia temprana marcó su mirada sobre el mundo y, sin duda, nutrió la profundidad con la que aborda cada uno de sus roles.
"El actor no es más que el público, no me gusta ubicarme en otro lugar. Yo te llevo a recorrer un mundo hermoso arriba del escenario, pero abajo del escenario somos pares, somos hermanos, nos abrazamos, y también que entiendan que si están buscando sueños, si yo lo pude lograr, ¿por qué no se les va a dar a alguno de ellos? Claro que es muy posible", agregó en otro pasaje de la charla.
Es así que el público lo ha visto brillar en algunas de las producciones televisivas más destacadas del último tiempo en Argentina, como con su rol protagónico en Okupas, su participación en El marginal, y hasta su polémico personaje de El Eternauta, un de los proyectos más exitosos y ambiciosos de la ficción local, de la mano de Netflix.
"Quise salir de gira porque justamente se dio el estreno con "El Eternauta", lo que incrementó el reconocimiento de mucha gente que me viene siguiendo desde otros proyectos como desde Okupas, de El Marginal, o Un gallo para Esculapio. Entonces yo quería salir rápido a abrazarme con el público, quiero salir rápido a conocer a las personas que me bancan en cada rincón del país y que no están solamente en Buenos Aires", siguió Ariel.
Para los interesados en asistir a algunas de las funciones que llevará adelante en el Alto Valle, pueden comprar sus entradas en la boletería de la sala de espectáculos, o bien, a través del portal Entrada Uno, a un costo de 28 mil pesos, más el costo del servicios de la ticketera.
A continuación, la entrevista completa con Ariel Staltari.
La verdad que en este unipersonal, con tantos personajes en escena, la entrega es total, ¿cierto?
Sí, como en la vida misma. Uno lo tiene que dar todo y así estoy acostumbrado. De esa manera me crié desde chiquitito, siendo hijo de viejos comerciantes, donde había que ir a hacer temporada todos los diciembre a Necochea para vender churros con la familia. Así que ya sé de qué se trata el laburo y el yugo. Y acá lo hacemos en una obra maravillosa, hermosa, donde la verdad tengo un riesgo importantísimo. Es que asumo un riesgo que creo que vale la pena, porque la obra ofrece un vértigo de una hora en la que no paro. Literalmente, no hay pausa. Entonces hay una apuesta física, psicológica y emocional muy contundente, porque yo ya había hecho unipersonales en otro momento de mi vida, pero era la historia de un escritor. Ahí la curva era de ese solo personaje y aparecía un editor y un crítico, pero acá son muchísimos personajes porque estoy atiendo llamados telefónicos. Es uno atrás del otro. El vértigo es en milésimas de segundo, ahí tenes que cambiar el cuerpo, las voces para poder poner todas las texturas emocionales y psicológicas a cada uno de ellos.
Y con tantos personajes, ¿por dónde va la trama?
La historia central es la de Samuel, que es un actor que está tratando de perseguir sus sueños, como tanta gente que tiene sus sueños en la vida. Pero mientras tanto, para parar la olla, tiene que ir trabajar a este restaurant, y atender esta especie de call center en donde lo empiezan a invadir esos llamados de diferentes comensales, y mientras me llaman, yo me voy convirtiendo un poco en ellos, y a la vez tengo una convivencia con mis compañeros del trabajo, del mismo restaurant. Es así que la obra pasa por muchos estados.
¿Y cuál es la recepción del público ante esto?
Al principio te plantea un código medio asombroso para la gente. Siento que el espectador los primeros 10/15 minutos, están viendo de qué va la cosa. "Este este flaco me va a componer todos estos personajes. Ah, está loco". Pero una vez que entienden el código, no lo dudan y me acompañan. Y les pasa de todo, desde arrancarles una carcajada a también emocionarlos. Incluso les viene el deseo y las ganas de subirse al escenario a ayudarme, porque ven que la estoy pasando mal. Y después así al final también surge la repregunta, el esta cosa del plantearte, "¿Yo estoy buscando mis sueños, ¿qué hago por eso?". O "pará, a mí me está pasando lo que le está pasando a este flaco en el trabajo"; porque si bien hago 40 personajes, la historia central es la de este tipo que atiende todos los frentes, que es Samuel. Entonces ahí solapadamente también te está hablando de la opresión, de la precarización laboral, del maltrato, del abuso de poder. Y a veces genera ese impacto también en el espectador donde también se ven reflejados con sus propios trabajos. Pero vamos aclarar que la obra es para pasarla bien, sin dudas.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...
Sí, está bueno eso. Me gusta el arte cuando se manifiesta de una manera que también te genere como algo de interpelación. Eso está buenísimo.
Con lo que propones, el público tiene para elegir con quien identificarse...
Sí, es verdad. Algunos les pega más uno, a otros otros, pero son todos reconocibles en nuestra sociedad. Hay un muy buen trabajo de adaptación que hicimos junto a Pablo Fábregas en el texto.
¿Qué más nos podes decir de los personajes que acompañan a Samuel?
mmm. Por ejemplo, tengo un chef que a Sam lo tiene a mal traer. Lo maltrata bastante. O tiene ahí un amor que no es demasiado correspondido; o tiene un amigo actor que lo llama todo el tiempo para mostrarle que le va mucho mejor que a él; o un representante que no se acuerda ni del nombre de él. Una señora bastante maltratadora que pretende tener una mesa sí o sí porque es ella y nada más. Hay varios personajes pero no quiero ir spoileando demasiado. Tenemos también gente de algún sindicato.
¿Y cómo fue que decidiste salir a girar con esta obra, que le está yendo muy bien en Buenos Aires?
Y esto era un desafío que yo estaba buscando. Quería tener la oportunidad de tener este tipo de abordaje en calle Corrientes, en Buenos Aires, en Paseo de la Plaza, que es donde sigo todos los jueves de acá fin de año. Pero también quise salir de gira porque justamente se dio el estreno con "El Eternauta", lo que incrementó el reconocimiento de mucha gente que me viene siguiendo desde otros proyectos como desde Okupas, del Marginal, Solnero, o Un gallo para Esculapio. Entonces yo quería salir rápido a abrazarme con el público, quiero salir rápido a conocer a las personas que me bancan en cada rincón del país y que no están solamente en Buenos Aires. Es que siempre que termina la función los invito a que me esperen si tienen ganas para sacarnos fotos, abrazarnos, y hasta que no me saco la última foto y no me doy el último abrazo, no me voy. Voy a eso y me hace bien, me retroalimenta energéticamente, así que esta buenisimo.
Entiendo el gran reconocimiento porque la explosión a nivel mundial de El Eternauta fue enorme, y dado eso, te pudimos conocer más en las entrevistas y vimos que sos una persona muy sencilla que fue detrás de un sueño.
Sí. Es muy lindo, y es muy lindo saber que uno está cercano al público. Porque el actor no es más que el público, ni me gusta ubicarme en otro lugar. Te llevo a recorrer un mundo hermoso arriba del escenario, pero abajo del escenario somos pares, somos hermanos, nos abrazamos, y también que entiendan que si están buscando sueños, si yo lo pude lograr, , ¿por qué no se les va a dar a alguno de ellos? Claro que es muy posible.
¿Tuviste la oportunidad de conocer Neuquén en el pasado?
Creo que he pasado, pero así fugazmente, porque he hecho alguna alguna gira de teatro hace muchísimos años. Pero esto es diferente porque voy con mi unipersonal. Con el unipersonal que me está dando tantas alegrías y satisfacciones, así que creo que va a ser una experiencia linda.