Las señales de la industria
A diferencia de muchos, la industria petrolera ya eligió
Mientras la administración Macri intenta frenar la crisis financiera, el candidato de la oposición expuso condiciones de cambio para la industria petrolera. Los empresarios argentinos se alejan del gobierno y seducen a la oposición. La provincia y el gremio en un llamativo silencio.Nadie duda que el gobierno de Mauricio Macri giró 180 grados en su política económica y, especialmente en la energética. Del modelo de Juan José Aranguren, en el cual los empresarios petroleros se identificaban y aplaudían, pasó a los vaivenes de Gustavo Lopetegui, amigo incondicional de la planilla de Excel y de Marcos Peña.
Como la ley de “Acción y Reacción”, donde un cuerpo (Gobierno Nacional) ejerce una fuerza sobre otro cuerpo (empresas petroleras), éste último ejerce otra fuerza de igual magnitud y dirección, solo que en sentido contrario al primero (la oposición); el empresariado argentino no se quedó atrás.
Las señales de ambos lados son evidentes. Por un lado, cambios de reglas de juego, seducción con nuevas licitaciones y decreto de necesidad y urgencia. Por otro, reuniones, reclamos administrativos y judicialización de la normativa.
El tsunami de las PASO
La lectura social que realizó el gobierno nacional durante su gestión fue tan pobre que terminó en un tsunami. El resultado de las PASO, los errores estratégicos de comunicación y la evidente inexperiencia en el manejo de una crisis institucional, sepultó la idea re-eleccionaria del candidato Mauricio Macri.
Los empresarios no hablan de política, dan señales. El primero que salió a enfrentar los DNU fue Miguel Galuccio con una presentación en el fuero judicial. El resto de las empresas trasladaron sus pérdidas a las contratistas diseñando una ingeniería legal para pesificar los contratos.
Las empresas bajaron lentamente algunos equipos y desaceleraron los proyectos de inversión como señal de disconformidad a las medidas dentro de una incertidumbre electoral. El silencio -por estos días- del gobernador Gutiérrez y del Senador Pereyra terminó de confirmar la soledad en la que está la administración Macri. Los referentes provinciales entendieron que su poder de fuego se reduce a una cerilla. Atrás quedo la propiedad de Vaca Muerta.
Los industriales son pragmáticos
Mientras las corporaciones multinacionales se llaman a silencio, el empresariado local toma posición y marca la cancha.
Paolo Rocca, el mandamás del grupo Techint, expresó en la Asociación Empresaria Argentina que “el gran desafío es hacer crecer el país… Como empresarios tenemos que pensar en el camino que puede llevar al crecimiento sostenido. El crecimiento es fundamental, el crecimiento es empleo y necesitamos aumentar el empleo. El empleo es integración social y es gobernabilidad”
Del otro lado del Atlántico, el candidato presidencial Alberto Fernández decía en una conferencia de prensa que “no tiene sentido tener petróleo si para extraerlo hay que dejar que las multinacionales vengan y se lo lleven. No tengo problemas con las multinacionales, pero mi principal preocupación es generar riqueza para Argentina y los argentinos”.
Ante los dichos de Alberto Fernández, el actual director de YPF y ex Secretario de Energía, Emilio Apud, decía en radio Mitre “en Vaca Muerta se han bajado los costos, pero se requieren inversiones… si los gobiernos son inteligentes … el 45 por ciento de la crema se la queda nuestro país... lo que no se lleven las multinacionales se va a quedar bajo tierra".
Como contrapartida, Miguel Galuccio tomaba posición frente a los periodistas de Bloomberg TV. “Si Cristina Kirchner es elegida como vicepresidenta, con Vaca Muerta hará lo necesario para continuar con lo que venimos haciendo y va a acelerarlo… lo que está en juego es enorme. Puede cambiar la economía del país, y puede cambiar la vida de la gente”
Existen disparadores en cada declaración que son llamativos. Rocca les habló a los empresarios sobre “empleo, crecimiento sostenido, integración social y gobernabilidad”; Fernández se dirigió al mundo con palabras “Petróleo, extracción, multinacionales y riqueza”; Apud utilizó el medio afín local para re-instalar las ideas de “costo, inversiones, gobiernos inteligentes y bajo tierra”; y Galuccio enfrentó la campaña del miedo con las consignas “acelerar, el juego es enorme, cambiar la economía y cambiar la vida de la gente”. Todas distintas miradas sobre un mismo objeto de estudio: “el desarrollo de Vaca Muerta desde lo social, político y económico”; algo que sin lugar a dudas, para los dirigentes provinciales le ha quedado grande.
Lo nuevo, no es novedoso
Al parecer, pocos entendieron la presentación de Guillermo Nielsen en el precoloquio de IDEA. El referente económico del kirchnerismo anticipó que trabajaban en un proyecto de política de Estado para blindar a Vaca Muerta.
En ese entonces, frente a un auditorio netamente petrolero dijo que “Vaca Muerta es la posibilidad de tener otra Pampa Húmeda y generar dólares para el país. Estamos trabajando en un nuevo marco regulatorio para la actividad que implemente un pie de igualdad tributaria y regulatoria con Permian y Marcellus”.
Si bien Paolo Rocca y Miguel Galuccio no fueron de la partida del Pre Coloquio, percibieron rápidamente los nuevos movimientos. “En este último tiempo hubo una pérdida importante de confianza y es importarte recuperar la confianza” dijo el presidente de Techint el lunes pasado. “Creo que el desarrollo de Vaca Muerta necesita un consenso sancionado por una decisión del Congreso, que de horizonte y confiabilidad. No es inmediato, pero es algo que tiene que pasar en los próximo meses”.
Miguel Galuccio fue más allá. “Es fundamental que podamos empezar a exportar. Creo que el próximo año es probable que comencemos a exportar petróleo liviano de Vaca Muerta”.
“La velocidad de desarrollo de Vaca Muerta es absolutamente comparable con la velocidad de caída. En el momento en el cual se para, la vuelta atrás es inmediata. Este año importamos 30 barcos de GNL, hace dos años importábamos 80. Si se para la inversión en Vaca Muerta, volvemos atrás”, sentenció el empresario italiano con 66 años y Presidente de Techint.
Ambos empresarios están en la misma sintonía. Ambos supieron leer la sociedad. Ambos responden por resultados antes sus accionistas. Pragmatismo o negocio, solo ellos lo saben. Lo importante, es que las actuales fórmulas presidenciales hayan comprendido cómo funciona la Ley de Acción y Reacción en una sociedad, porque al parecer, la industria petrolera ya utilizó la fuerza de la reacción.