Cualquier error político pone en juego a Vaca Muerta

La aparición en escena de las cámaras empresarias, más allá de la novedad, no cambia la escena del conflicto. El tibio contenido de las corporaciones empresarias, que circuló ayer por los medios, generó varios interrogantes que son interesantes de analizar.

El primero es saber si el objetivo de introducir cambios en el convenio colectivo de trabajo es solo una cuestión de YPF, o también del conjunto de las operadoras. En absoluto off the récord, un importante ejecutivo manifestó que “es imposible ganar mercados con las actuales estructuras de costos que tiene el sector”, y aclaró que “es inevitable avanzar en una reforma integral que también contemple lo laboral”.

Entonces la pregunta es ¿Por qué el proyecto que se discute es solo el de YPF? Según lo manifestado, el problema se encuentra en la definición de “reforma integral”, algo que los gobiernos aún no están interesados. Por lo tanto, la disputa solo se centró en una reforma laboral.

Quién gana y quién pierde

En este escenario no se puede predecir quién puede ganar y quién puede perder. Solo hay en el sector un denominador común, que se resume en que nadie quiere el paro. Ni el gremio, que basó su estrategia comunicativa en la palabra “diálogo”, sin transparentar hasta el momento el verdadero articulado que se intenta modificar. Ni las operadoras que deberán asumir el costo laboral y la pérdida de producción. Ni los gobiernos que, bajo un pobre gerenciamiento del conflicto, continúan enviando señales negativas a los pocos e interesados inversionistas.

Como el famoso juego de la escoba, nadie quiere quedarse con el problema. Por eso el campo de batalla se trasladó a los medios sin dar continuidad a la mesa de negociaciones. Desde hace cuatro días que se discuten posiciones sin conocer el verdadero contenido de lo que se discute.

En la estrategia comunicativa se transmiten las posiciones sin transparentar de ninguna de las partes el contenido de la transformación y la proyección de mediano y largo plazo. Una manipulación donde los medios son parte responsable del juego de intereses de los propios actores.

La encerrona del gremio

Cuando se publicó que el gremio de Camioneros obtuvo un aumento del 30%, se sabía que Petroleros no se quedaría atrás. El error del Gobierno Nacional fue posibilitarle a Moyano una recomposición salarial en plena pandemia.

En este contexto, la solitaria YPF intentó generar un cambio sin el apoyo del sector. El gremio con astucia puso en la discusión el aumento atrasado, no aceptó la propuesta ypefiana, se levantó de la mesa de diálogo y anunció un paro de actividades por 24 horas con afectación de la producción.

En este juego, hay que comprender que el paro anunciado es simbólico. Con esta decisión el sindicato refuerza el poder de un sector sobre el otro. Según Schlemenson en su ensayo sobre Manejo de Crisis en contextos de cambios estructurales o de J.Bajer en el diseño de la arquitectura cultural de las organizaciones, existen grupos significativos de poder que son proclives a entrar en conflicto.

Ahora bien, en el supuesto proyecto que aún no se conoce ni se difunde, YPF entró al campo de batalla perdiendo. El gremio responde a un sistema representativo y la operadora se enmarca en el sistema ejecutivo. Ambos tienen objetivos diferentes a pesar de que convivan y se interrelacionen en la misma actividad.

En este contexto, si el gobierno llama a conciliación obligatoria para evitar el paro, el gremio pondrá sobre la mesa el aumento salarial comprometiendo el costo laboral al resto de la actividad. Ahora bien, si no llama y empuja al paro, las empresas asumirán el costo, las provincias recibirán menos regalías y el gremio reforzará su posición.  

¿Cuál es la solución?

Es difícil pensar una salida en el mismo campo de batalla sin rendirse ni escapar. En este sentido, el próximo encuentro obligatorio debe darse en el ámbito representativo. Las cámaras empresarias y las operadoras deberían ser quienes lleven adelante la negociación para que luego las empresas ejecuten los acuerdos.

Esta salida posibilita el diálogo entre pares, donde se pondrá en juego las fuerzas representativas del sistema. Las discusiones y propuestas estarán centradas en los intereses corporativos de ambos sistemas quedando rezagados los personajes efímeros de este capítulo.

En este ámbito, el debate dejará de ser la modificación del convenio colectivo para centrar la discusión en el futuro de las nuevas generaciones en la actividad petrolera en Vaca Muerta. Un desafío que lo describió Nathaniel Branden con la frase “siempre debemos mantener la posibilidad de cambio y nunca ser prisioneros de las decisiones del pasado”; y en esa línea, deberían alinearse no solo las cámaras y el gremio, sino también el gobierno.