PRECIO SOSTÉN
La nueva regla pone en juego las finanzas de las provincias
Comenzó Septiembre con señales que podrían transparentar a la industria. Se cayó el famoso precio sostén que trajo mas inconvenientes que soluciones.
Para el sector, la buena noticia es que el pasado viernes el precio del crudo Brent cerró nuevamente por encima de los U$D 45. Hasta ayer lunes, se esperaba alguna señal del gobierno para modificar el decreto 488/20 que fijaba el precio sostén.
Dicha norma establecía que a partir del 19/05/20 y hasta el 31 de diciembre de 2020 las entregas de petróleo crudo que se efectúen en el mercado local deberán ser facturadas a U$D 45 por barril tomando como referencia el crudo tipo Medanito.
En la misma norma se establecía que “quedarán sin efecto las disposiciones” cuando “la cotización del ICE BRENT PRIMERA LINEA superare los U$D 45/bbl durante 10 días consecutivos”, considerando el promedio de las últimas cinco cotizaciones.
La normativa fue seguida por el sector en forma silenciosa entendiendo que, hasta ayer lunes, el gobierno podía generar nuevamente cambios en las reglas de juego de la industria.
La falta de demanda interna en los combustibles terminó elevando el stock de las productoras que debieron paralizar la producción y salir a alquilar barcos para almacenar el excedente. Bajo la falsa hipótesis que la demanda se genera por decreto, la gestión Fernández-Fernández implementó la reglamentación del famoso “precio sostén”.
Esta normativa generó, por un lado, desacuerdos entre refinadores y productores por el verdadero precio que debía tener el barril en el mercado interno; y por otro, intensos reclamos de las administraciones provinciales para cobrar las regalías a las productoras en función del decreto presidencial.
Los inconvenientes que generaron las regulaciones que implementó la Administración Central en un mercado globalmente deprimido forjó la necesidad de alternativas exportadoras. Las productoras encontraron que podían exportar su producción a valores de mercado y pagando los impuestos por el valor de la transacción comercial y no por una mera imposición gubernamental.
La normalización del mercado transparentó el negocio. Con la caída del precio sostén las refinadoras tendrán la opción de adquirir su materia prima a la paridad de exportación, es decir que de los U$D 45 en el mercado internacional se descontarán promedio U$D 4 por barril de gastos de exportación.
Bajo este escenario, las administraciones provinciales deberán analizar nuevamente sus presupuestos con el objetivo de equilibrar sus cuentas y garantizar el funcionamiento del Estado. La realidad es que al quedar sin efecto el precio sostén, las provincias comenzarán a cobrar las regalías al valor comercial de cada transacción realizada.
En estos pocos meses se verá si la creatividad política es igual que la empresaria. La primera, podría continuar inventando impuestos para salvar elefantes blancos en un bazar; mientras que la segunda, seguramente arriesgará parte de su capital para abrir nichos de mercado y generar trabajo genuino.
