CONFLICTO SINDICAL
"Ralentización", una táctica que atenta contra la eficiencia
El gremio petrolero inicio una asamblea informativa para instalar el debate sobre mayores puestos de trabajo. La demanda sindical a la mayor operadora de la cuenca pondría en jaque la eficiencia en el sector, con fuerte impacto económico.
Desde esta mañana los trabajadores de equipos que prestan servicios para YPF iniciaron medidas de fuerza reclamando el aumento de dotaciones.
“Están reventando a los trabajadores. No tienen ni tiempo para comer porque sólo buscan establecer nuevos récords de fracturas sin aumentar la gente en las dotaciones de cada equipo”, dijo el Secretario General del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Neuquén, Río Negro y La Pampa.
La asamblea informativa que realizó el líder sindical Guillermo Pereyra en horas de la mañana en la localidad de Añelo sólo alcanza a los equipos de perforación y workover afectados a YPF.
Desde el gremio se intenta buscar una palabra que reemplace “medida de fuerza o paro de actividades” por la “ralentización de la actividad laboral”; entendiendo que la acción aún no fue notificada al Ministerio de Trabajo.
En diferentes conflictos sindicales, los delegados utilizaron para instalar el tema las famosas asambleas informativas en los yacimientos. Con estas tácticas buscaban impactar en el ritmo de producción y la eficiencia operativa; pero hoy en día, la organización gremial avanzó de una forma diferente para instalar el debate de los puestos de trabajo.
Al parecer, la idea no es parar la actividad por el momento sino bajar el ritmo de las fracturas y los metros perforados. En la nota publicada en este espacio, titulada “¿Estamos frente a un nuevo escenario en la industria del petróleo?” se hace referencia a que la actividad de petróleo y gas en el país se encuentra operando con el 35% de equipos de perforación, y que si bien este dato refleja que se está en los mínimos históricos, la industria hidrocarburífera enfrenta un nuevo desafío que es tener “menor actividad en los campos con mayor productividad y eficiencia”.
Para Pereyra, la compañía de bandera no cumple “con las dotaciones mínimas como hacen el resto de las empresas y eso afecta a la salud física y mental del trabajador. No se puede buscar batir récords a costa de reventar a la gente” sentenció.
Como es de suponer, las viejas prácticas sindicales bajo nuevas expresiones lingüísticas no sólo tendrán impacto en la mayor operadora de la cuenca, sino en los deteriorados ingresos provinciales y la cadena de pequeñas y medianas empresas locales.
