LO CULPABAN DE DISPARARLE A UN PIBE

Un policía fue absuelto porque se confundieron de calles

El fiscal y los abogados querellantes situaron el hecho de abuso de autoridad en una esquina inexistente.
viernes, 13 de noviembre de 2020 · 19:46

La acusación contra un policía por dispararle con una escopeta a un joven de 16 años se cayó estrepitosamente. El Juez Héctor Leguizamón Pondal descartó las pruebas presentadas por el Ministerio Público y el abogado querellante, por un error técnico. Es que a la hora de indicar el lugar del hecho, citaron dos calles paralelas y el magistrado decidió la absolución.

Beschtedt y Onelli son dos calles de Bariloche que nunca se cruzan porque son paralelas. Si embargo, a la hora de formular la teoría del caso, ni el fiscal Guillermo Lista, ni los abogados  Elio Gallardo y Daiana Puchyni, contratados por la familia del joven baleado por el policía, se percataron del error. Nunca pasaron por el lugar del hecho como para corroborar la acusación, calles que corren paralelas.

Leguizamón Pondal consideró que no fue lo suficientemente sólida la acusación para poder condenar al agente policial y decidió absolverlo. Raúl Pedro González llegó a juicio acusado por el delito de lesiones leves agravadas por su condición de empleado de una fuerza policial y el uso de un arma de fuego.

Al momento de emitir su veredicto, el juez Leguizamón Pondal subrayó que en la acusación que presentaron fiscalía y querella caía en contradicciones que no pudieron ser despejadas con el aporte de testigos y destacó que para empeorar el cuadro, el arma que fue peritada por un especialista, no es la que según la acusación, había utilizado el el policía al momento de disparar contra el adolescente.

En el planteo realizado por el Ministerio Público que adhirió la querella, el hecho ocurrió el 14 de noviembre de 2014, González perseguía en un móvil policial a un adolescente que iba en moto y había intentado arrebatarle la cartera a una mujer. Tras dar la voz de alto, el joven continuó su marcha y González le disparó en varias oportunidades Itaka. Gran cantidad de postas de goma impactaron en el cuerpo del menor; al que pocos minutos después lo detuvieron en el barrio 400 Viviendas.

La victima declaró en el juicio y aseguró que esa noche volvía a su casa, en Albarracín y Onelli vio un patrullero que minutos después comenzó a perseguirlo y casi inmediatamente escuchó los estruendos de un disparo por lo que, asustado, aceleró su moto y no se detuvo hasta que llegó a su vivienda. Recordó que durante la investigación del hecho había logrado identificar al acusado y al conductor del vehículo policial, relatando que además al momento de detenerlo, lo golpearon y encañonaron en la cabeza.

Un perito balístico aseguró que el disparo que hirió al menor se había realizado a una distancia estimada de cinco metros.

A la hora de acusar, el fiscal y la querella coincidieron en la declaración de responsabilidad del policía. Mientras que la defensa solicitó la absolución apoyándose en la debilidad de la acusación. Esta última parte también fue manifestada por el magistrado en su veredicto y además dejó en claro que el hecho nunca pudo haber ocurrido en la intersección de Onelli y Beschtedt, porque son calles paralelas.

Además, que el peritaje y el secuestro de arma no coincidían con la escopeta Itaka portátil de hombro larga calibre 12 que supuestamente se utilizó para cometer el hecho. Reforzó, además, que no se convocó ni al chofer del móvil policial ni de otro testimonio de carácter policial administrativo o algún documento, que certificara que efectivamente González se desplazaba en la unidad policial aquel día.

Concluyó el magistrado que “aun haciendo el esfuerzo por superar las dudas de la relación de materialidad, no hemos podido concretar la relación de autoría”.

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