TRIBUNAL DE JUICIO DE ROCA
Chacal de Lamarque, culpable de abusar de una niña de 3 años
La pequeña Sofía murió en febrero de 2019. Marcos González, en complicidad con su pareja, la sometió a torturas y abusos sistemáticos.
Un tribunal de juicio declaró, por unanimidad, culpable a Marcos Nicolás González, por los delitos de lesiones, abuso sexual y abandono de persona seguido de muerte de los que resultó víctima su hijastra, Sofía de 3 años, en la localidad de Lamarque. Los jueces aseveraron que González “preparaba a su víctima para futuros casos de abuso sexual con acceso carnal”, y la sometió a una “humillación sistemática y a prácticas humillantes”. La niña murió y en la autopsia, además de las lesiones en su cuerpo, se detectó que tenía una enfermedad de transmisión sexual.
Los jueces Oscar Gatti, Verónica Rodríguez y Laura Pérez (que tuvo el voto rector) declararon culpable a González por “lesiones leves calificadas por violencia de género, reiteradas en un número indeterminado de veces; abuso sexual gravemente ultrajante, reiterado, doblemente calificado por el vínculo y por la convivencia preexistente; corrupción de menores agravada por la edad de la víctima y por ser el autor persona conviviente y guardador; desobediencia a una orden judicial y abandono de persona seguida de muerte”. El 7 de septiembre se realizará el juicio de cesura y tres días después se dará a conocer qué pena le impondrán.
La pequeña Sofía murió el 7 de febrero del año pasado, como corolario de una sucesión de episodios de violencia que sufrió desde octubre de 2018 en la localidad de Lamarque. Fue ingresada en grave estado en el hospital Juan XXIII de Roca el 1 de febrero de 2019 y murió tres días después.
El caso arrastró también a la mamá de Sofía, Janet Neira, para quien la fiscal Belén Calarco había solicitado 24 años y medio de cárcel y esa pena le fue impuesta.
Había señalado Calarco en su alegato que “en esas circunstancias, es que ella y su pareja, en forma conjunta e individualmente -con conocimiento y anuencia del otro- ejercieron maltrato físico y psicológico, continuo y sistemático contra la niña. El hombre abusó sexualmente de la nena, en varias oportunidades, aprovechando su calidad de guardador y conviviente, sin oposición de la madre, y a consecuencia de ello, la niña contrajo “trichomonas vaginalis”.
De acuerdo con lo confirmado durante el juicio, merced de testimonios, pericias y la autopsia, la jueza Pérez destacó que González sometió a Sofía a “violencia de género, la llevó a un estado total de sumisión y de cosificación durante los meses de convivencia”. Además “la sometió a prácticas torturantes y a una humillación sistemática”.
Mediante las pericias “se acreditó que la pequeña sufrió abuso sexual gravemente ultrajante”. Según la óptica de la jueza, González “preparaba a la víctima para futuros episodios de abuso sexual con acceso carnal”.
Finalmente señaló que otro indicio importante fue la detección, durante la autopsia, de una enfermedad de transmisión sexual “generada por el contacto físico de González con la víctima”.
