EL JUICIO DE LA LEY 3234

Caso Mérgola: un crimen atroz, salvaje y sin motivo

Comenzó el juicio a Maximiliano Mérgola por el asesinato de Ernesto Rodríguez, el 9 de julio de 2019. Detalles escabrosos de los testigos policiales.
miércoles, 2 de septiembre de 2020 · 14:19

El asesinato de Ernesto Daniel Rodríguez fue tan salvaje y atroz, que a los peritos de Criminalísitca de la Policía que vieron su cadáver les repugnó y les impresionó. Su rostro había sido borrado. Su cráneo estaba 20 centímetros enterrado en la tierra. Había sido brutalmente golpeado con un trozo de concreto y sin posibilidades de defenderse. Por su crimen se lo comenzó a juzgar a Maximiliano Mérgola, un hombre con antecedentes por robos, quien a poco de ser detenido se lo confesó a su padre, detenido en una celda contigua de la comisaría segunda, la mañana del 9 de julio del año pasado. “Me peleé sabes con quien… lo cagué a trompadas y le di con un ladrillo…”, le dijo en voz alta como para que todos escuchen.

Con la implementación de un protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus, pudo iniciarse el postergado juicio a Maximiliano Mérgola, imputado por homicidio simple, frente al tribunal integrado por Mauricio Zabala, Fernando Zvilling y Estefanía Sauli.

El juicio fue la piedra angular del debate por la aplicación de la Ley 3234, conocida como Ley Gerez, que permitió extender hasta nueve meses la prisión preventiva a personas detenidas sin juicio, por la imposibilidad de concretar audiencias en medio de la pandemia. El caso Mérgola llegó al Tribunal Superior de Justicia, el que resolvió la constitucionalidad de la ley.

Un caso atroz

La fiscal María Eugenia Titanti describió en su alegato que el 9 de julio del año pasado Rodríguez salió de su casa de Montevideo 365 a las seis de la mañana. Allí se encontró en la esquina con Santa Cruz con Mérgola y “sin ningún motivo sufrió una agresión”. Señaló que Mérgola “lo golpeó en el rostro y el cráneo con un trozo de concreto y le siguió pegando cuando la víctima ya estaba en el suelo”. La causa de muerte fue un “grave traumatismo craneoencefálico, recordó. “Tras ello –agregó- se fue a pie y a las 6.17 intentó robar en un comercio de Bahía Blanca 843; rompió un vidrio y la reja e intentó hacerse de algunos productos de mercado, pero una vecina llamó a la Policía y terminó detenido”. El cadáver de Rodríguez fue encontrado a las nueve de la mañana.

Legítima defensa?

Elio García, abogado defensor de Mérgola, buscó contrarrestar la acusación de la fiscalía atribuyendo el accionar de su cliente a “la reacción por una agresión a cuchillo que sufrió, que le provocó un corte en el rostro y la oreja”. Ese cuchillo fue secuestrado por la Policía. Era uno del tipo de cocina con el mango y la hoja separados.
El abogado señaló que Mérgola “estaba drogado” y que “actuó en defensa propia” o, a lo sumo, “con un exceso en la legítima defensa utilizando un arma impropia”.

Los testigos

En la primera jornada fueron convocados siete testigos: la mujer que llamó a la policía porque estaban robando debajo de su casa y seis efectivos policiales que estuvieron en distintos tramos del procedimiento de detención de Mérgola.

Uno de los testigos de la fiscalía fue un hombre que convivió con Maximiliano y Fabián Mérgola –hijo y padre- en Richieri 645.

Declaró que la noche anterior al crimen se había peleado con Mérgola hijo y que luego, junto con el padre, fueron arrestados por estado de ebriedad en la vía pública.

La mañana del 9 de julio él estaba en una celda de la comisaría segunda, Mérgola padre en otra y luego Mérgola hijo ocupó una tercera.

“Cuando entró detenido le comentó a su padre, de celda a celda, que se había peleado en la calle con otro; se reía, estaba empastillado y borracho”, dijo.

También aseguró que le vio las zapatillas manchadas con sangre.

Reveló, en un momento, que un día fue a su casa un abogado –al que identificó como Luis Varela- que le dijo que “no se presente a declarar en el Juzgado”, y admitió tener “miedo por posibles represalias”.

En medio de la audiencia se realizó un cuarto intermedio de veinte minutos para la desinfección de la sala de audiencias. El juicio finalizará este viernes.

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