CRIMEN DE LA ESTUDIANTE DE MEDICINA

Acusaron a Pablo Parra de autor de femicidio con alevosía de Agustina

CONOCÉ LAS CLAVES DE LA CAUSA. La audiencia se transmitió en vivo por Youtube. Ayer detuvieron al trabajador petrolero, la fiscalía pidió 6 meses de prisión preventiva.
viernes, 23 de diciembre de 2022 · 09:17

Se realizó esta mañana la audiencia de formulación de cargos a Pablo Parra, por el femicidio de la estudiante de medicina Agustina Fernández el pasado 2 de julio en la localidad de Cipolletti, Río Negro. 

El delito acusado es femicidio y alevosía siendo Pablo Parra el autor por el cual el fiscal Martín Pezzeta le pidió a la jueza Agustina Bagniole una prisión preventiva de 6 meses para el petrolero. 

La investigación indica que la estudiante de medicina de la UNCo estaba iniciando una relación sentimental con otro joven de nombre Natanael Carrasco, y que Parra, por celos y obsesionado con Agustina (según indicaron sus amigas) brutalmente la golpeó hasta dejarla agonizando, y montó una escena para tratar de cubrir el hecho y sus rastros.

Según el fiscal Pezzeta, Parra dejo el auto a 600 metros y volvió caminando al edificio. Entró por la obra en construcción contigua, saltó una reja y tiró el alambre concertina que había en un tapial para entrar al patio interno de su departamento y al living a través de la ventana balcón. Agustina estaba de espaldas mirando TV. Quiso escapar, le rompió los dedos de un portazo, la tiró de los pelos contra el futón y la volvió a golpear en la cabeza contra el sillón. La tiró al piso y con un objeto contundente la golpeó dos veces en la cara. Luego fue a la habitación, manchó con sangre el enchufe donde estaban los teléfonos y también dejó marcas en una remera. Las únicas pisadas que se encontraron fueron de Parra, junto al cuerpo de Agustina, en una mesita para trepar al paredón y en la parrilla, donde pisó para escapar por el mismo lugar.
El retazo de tela azul encontrado en el alambre concertina era reciente, y también había rastros de tela azul en la ropa de agustina, en la calza y la blusa.

Luego de escapar siguió con lo diagramado para tener su coartada, fue a Griddo a comprar helado, pagó con débito, volvió a su departamento, y dejó el auto estacionado en la puerta. Luego fue caminando al mercadito, compró dos cervezas Corona, las pagó con débito, y volvió al complejo.
No hay registros de Parra en el centro de Cipolletti, donde dijo que había ido a ver a sus papas para devolverle una parrilla.

 

Las pruebas:

El fiscal Martín Pezzeta detalló que según los indicios, el femicidio ocurrió entre las 19:32 y las 19:38, momento en que se lo puede ubicar a Parra en el lugar de los hechos. A las 19:32 Agustina le mandó un mensaje a Natanael Carrasco, un joven con el que había tenido un encuentro esa tarde. A las 19:38 el teléfono de Agustina se apaga. En ese momento dos vecinos manifestaron escuchar golpes y gritos, uno de ellos de apellido Espinosa dijo escuchar a una mujer gritar "¡pará, pará!".  

Pablo Parra sale del complejo a las 19:14, pero no se lo puede ubicar en la ciudad ni en la casa de los padres. Pero si se lo ve a las 19:49 saliendo del complejo nuevamente. 

Según la fiscalía, en un principio la relación entre ellos fue de amistad, aun ante la diferencia de edad, él 37 y ella 19. Todas sus conductas fueron para tener lograr una relación con Agustina. Daniela Sosa, amiga de Agustina manifestó que ella no tenía intenciones de entablar ninguna relación, ella quería recibirse y volver a su casa en Santa Rosa, La Pampa. Sosa contó que Agustina le había puesto un límite a Pablo Parra, cuando ella se dio cuenta que sus intenciones no eran las mismas, por eso decidió alejarse. Él había comprado un anillo de compromiso y había contratado un viaje a San Martín de los Andes para ambos. Ese fin de semana Agustina iba a volver a Santa Rosa, con pasajes comprados por su tía.

Agustina había conocido a un mozo del bar Antares llamado Natanael Carrasco. El 2 de julio, luego de que ella cene con Parra la noche anterior, se encontró con Carrasco. Esa tarde se encontraron entre las 15:30 y 18:30, y según el testimonio de Carrasco mantuvieron relaciones sexuales. También manifestó que seguramente el acto se escuchó entre los vecinos del complejo, entre ellos Parra. 

Sabiendo que estaba con Carrasco, a las 18 horas Parra le mandó un mensaje a Agustina. Y a las 19 la esperó en la vereda y fue visto por los vecinos. 

El hecho ocurrió en el departamento de Parra. Según las amigas de Agustina, ella no dejaba que Parra entre a su departamento porque sabía que si entraba "se le iba a instalar". Con alguna excusa el logró que entre a su departamento. El complejo es un edificio totalmente cerrado que tiene a los efectos de ingresar al departamento de Parra, un portón que da a un patio interno, y hay 5 departamentos en el 1er piso. Al complejo se pueden entrar por 2 lugares, uno es el patio interno, y otro es el portón. Los únicos que tenían la llave ese día son los inquilinos y la administradora. La otra forma de entrar es saltando por el patio del vecino, por un tapial con una concertina de alambre, al patio interno del departamento de Parra. 

En el departamento del hecho no se encontró ningún rastro de calzado ni huella dactilar de nadie que no sea Parra o Agustina Fernández. La única huella encontrada en el tapial es del calzado de Pablo Parra, y en ese lugar también se encontró en la concertina de alambre, un pedazo de tela azul con ADN del mismo Parra. 

Por la evidencia encontrada en el lugar se determinó que primero se produjo el ataque y luego el "supuesto robo", y esto se determina porque en el teléfono de Parra (que supuestamente fue robado) y en el enchufe se encontró sangre de Agustina. 

En la blusa, en la calza y en el calzado de Agustina se encontraron fibras de tela azul coincidentes con la misma encontrada en la concertina de alambre, y que tenía ADN de Parra. Las fibras encontradas indican una mecánica: Parra atacó a Agustina, dejó las fibras en su ropa, y luego, a la salida, dejó el pedazo de tela en el alambre.

Pezzeta aseguró que Agustina quiso huir, trató de abrir la puerta y dejó su mano marcada en el marco, a lo que Parra la cerró de un portazo. Por eso las lesiones en los dedos de la mano izquierda de Agustina, que son lineales, lo que indica el portazo en sus dedos. Las únicas huellas halladas en esa puerta son de ellos, ni rastros de guantes, ni de terceras personas. Luego la agarró de los pelos, la tiró contra el futón lo que le produjo las lesiones en la nuca, que tienen una separación que coincide con parte de ese futón, y ya en el piso le pegó en la cara. Agustina para defenderse interpuso su mano izquierda y por eso las lesiones en el dorso de esa extremidad. Por la mecánica del hecho es muy probable que ella no haya podido defenderse. 

El fiscal le aseguró a la jueza que no hubo un robo. En el patio había una bicicleta y el ladrón no la tocó. Supuestamente se llevaron ropa y dólares.

En cuanto al famoso identikit que en un principio se investigó y que según el fiscal fue aportado por un vecino, a esa persona no se la ubicó en ningún momento en el horario del ataque, ni se encontró ningún impacto en las antenas de telefonía de ninguna persona sospechosa o que haya estado solo en ese momento en el lugar y luego se haya ido a otra ciudad o provincia. Lo que si se constató es que los teléfonos de Agustina y de Parra se apagaron de forma inmediata y simultánea en el lugar del hecho.

 

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