Cipolletti volvió a marchar por el pedido de justicia

Como estaba previsto, poco después de las 19.30 la Plaza San Martín de Cipolletti volvió a utilizar el tristemente nombre de plaza de la Justicia que le impuso la propia gente a comienzos de los años 2000. Otra vez las calles del centro de la ciudad se colmaron de gente, los comerciantes cerraron sus puertas en señal de apoyo y el grito de "¡Agustina presente, ahora y siempre!"

Poco antes del horario pautado, desde la sede de la Facultad de Medicina de la calle Toschi casi ruta 22, partió una gruesa columna de estudiantes, profesores y autoridades de la Universidad del Comahue, quienes marcharon hacia la plaza central de la ciudad detrás de una bandera de la UNCo.

Ya en la plaza, y muy cerca de los carteles que recuerdan a Verónica Villar, Paula y María Emilia González, víctimas del primer Triple Crimen, el grueso de las personas que decidieron salir a la calle en reclamo de Justicia esperaba el arribo de la universidad. Apenas partió la marcha por calle Roca, se pudo tomar real dimensión de la cantidad de gente que se sumó a la manifestación. 

Los cálculos indican que cerca de cinco mil personas caminaron por las calles del centro hasta la primera parada en la sede del Ministerio Público, en Irigoyen y Villegas, muy cerca del municipio. En el lugar, se realizaron pintadas con consignas de todo tipo con una palabra clave que se repitió: Justicia.

En el lugar, con aplausos y velas encendidas, se reclamó que algún funcionario de la fiscalía a cargo de la investigación se acerque para brindar algún tipo de explicación. Pedido que quedó en la nada, ya que las puertas permanecieron cerradas sin que nadie al menos se asome para enfrentar la demanda popular. Fue la militante social Lila Calderón fue la que tomó un megáfono y dirigió su el reclamo hacia las ventanas del edificio del Ministerio Público.

Desde allí, sin respuestas ni explicaciones, la marcha continuó por Irigoyen hasta Miguel Muñoz donde doblaron en dirección a Roca, por donde arribaron a la sede de la Comisaría 4° y la Unidad Regional V. En el lugar, la bandera de la Universidad quedó atrás y aparecieron en primer plano carteles de cartulinas con frases como "disculpen las molestias, pero nos están matando" u otro que rezaba "queremos culpables presos y excluidos".

Luego de unos minutos, un grupo comenzó a tirar pintura roja sobre las paredes de la comisaría del centro de la ciudad, en tanto que unas mujeres hicieron una montaña de cartones y otro tipo de elementos, y empezaron a prenderlos fuego. Claro que la Policía había previsto este tipo de situación y las puertas estaban tapadas con chapas. En el lugar hubo quejas por la ausencia de la ministra de Seguridad Betiana Minor, quien no viajó a Cipolletti y sólo se decidió enviar al sub jefe Orlando Ñanculeo y el Jefe de Investigaciones, Julián Martín.

En el lugar, se produjo una división, una parte continuó de vuelta hacia la plaza de la Justicia, y otro nutrido grupo, con mayoría de presencia de organizaciones feministas, se quedaron durante más de 20 minutos protestando en la Unidad 4°.

En tanto que en la plaza, la rectora de la UNCo, Beatriz Gentile, se quejó por lo sucedido. Recordó que hace años otro joven estudiante como Sergio Ávalos fue desaparecido. "Y es un desafío y un reclamo presente la vida de cada uno de nuestros estudiantes, el compromiso va a ser de qué manera nosotros como Universidad vamos a hacer lo posible para que la Justicia de respuestas. Tardamos más de 30 años en luchar contra la impunidad y no queremos más impunidad ni para Agustina ni para nadie".