Neuquinos huyeron del control sanitario con una pata de jamón

Cansados, tras un largo viaje por una camino monótono, una pareja de neuquinos llegó a la barrera sanitaria de SENASA sobre la ruta 151 en el denominado Cruce del Desierto. Como es habitual, el personal pidió autorización para revisar el vehículo y un fuerte y exquisito olor los alertó de la presencia de facturas de cerdo en el interior. Durante la requisa, encontraron una pata de jamón que lucía increíble, pero antes de poder confiscarla, el conductor puso el cambio y huyo a toda velocidad del lugar.

El hecho, que sucedió durante la noche del domingo, en la barrera sanitaria ubicada en el kilómetro 156,5 de la ruta Nacional 151, en cercanías de 25 de Mayo en La Pampa, abre un nuevo capítulo en cuanto a los cuestionamientos que tiene la prohibición del ingreso de carne con hueso desde el norte del país a la zona patagónica.

Por lo que se pudo determinar, la pareja viajaba desde Santa Rosa y tenía como destino final la ciudad de Neuquén. Luego de dejar atrás la ruta 20 y empalmar hacia el sur por la 151, a los pocos kilómetros arribaron al control sanitario de SENASA. Allí, como es costumbre, el personal solicitó la apertura del baúl y en algunos casos miran el interior del vehículo.

Al parecer, en este caso, después de casi tres horas en el interior del auto sin ventilación, el jamón comenzó a emanar su olor característico y tentador. Esto habría sido lo que alertó a los trabajadores, que al preguntarle a la pareja si llevaban frutas, carne u otros alimentos, lo negó rotundamente. Entonces, tuvieron que convocar a los policías, pero antes de realizar cualquier procedimiento, de repente el auto aceleró a fondo y desapareció de la vista en cuestión de minutos.

Ante la huida, como si fueran malechores y con el botín a cuestas, que en este caso era una pata de jamón que tiene un costo estimado de unos 30 mil pesos, los uniformados se comunicaron con sus camaradas del Puente Dique, sobre el río Colorado, quienes montaron un operativo para atraparlos.

Sin embargo la intención de los neuquinos fugitivos no era entregar el jamón, por lo que para evitar el control policial, decidieron utilizar la ruta Provincial 34, un camino de tierra que tiene como destino final Casa de Piedra, pero no se percataron que la fuerza pampeana también había fijado un puesto en ese sector para atraparlos.

Encerrados y sin nada más por hacer, el conductor detuvo la marcha y esgrimió que se sintieron intimidados y maltratados por el personal de SENASA, por eso es que decidieron escapar del lugar. Para evitar un conflicto mayor en la Justicia, finalmente aceptaron ser escoltados hasta la barrera sanitaria, donde finalmente se pudo desarrollar el procedimiento habitual para incautar mercadería.