Preso con perpetua, volvía de un velatorio y se salvó de milagro

Uno de los siete policías condenados por la desaparición y homicidio de Daniel Solano, salvó su vida de milagro tras protagonizar un terrible vuelco la camioneta del Servicio Penitenciario que lo trasladaba hacia la cárcel de Roca. Tanto él como los penitenciarios encargados del traslado resultaron heridos, pero están fuera de peligro.

Del hecho se produjo ayer por la tarde en la ruta Nacional 250, en proximidades a Pomona, a la altura del kilómetro 237, participaron dos camionetas Toyota Hilux que quedaron destruidas como consecuencia del violento impacto.

La camioneta del Servicio Penitenciario regresaba de Viedma hacia Roca, y estaban abocados al traslado del ex policía Pablo Roberto Quidel, uno de los siete condenados por el homicidio del trabajador salteño Daniel Solano, ocurrido en 2011 y que hace pocos días las penas fueron ratificadas por la Corte Suprema por lo que finalmente fueron detenidos y empezaron a cumplir la pena.

De acuerdo a la poca información que se brindó de manera oficial, Quidel fue autorizado por el juzgado de Ejecución Penal de Roca, a viajar a Viedma, donde participó del velatorio de un familiar. Luego, debía regresar inmediatamente a Roca, donde cumple la pena en el establecimiento de baja seguridad conocido como El Maruchito.

En pleno viaje de regreso, el chofer del vehículo oficial impactó contra el lateral derecho de otra camioneta Toyota Hilux, que se dirigía en dirección contraria y de manera imprevista invadió la otra mano.

En la camioneta que hizo la maniobra de manera imprevista, viajaba un hombre de 37 años domiciliado en Choele Choel y que se dirigía desde esa ciudad hasta un campo conocido como Don Ramón. Precisamente la entrada de ese puesto queda justo frente al lugar donde se produjo el choque.

La información policial indica que el conductor de la camioneta que viajaba desde Choele intentó ingresar al campo sin alcanzar a ver que por la mano contraria circulaba el vehículo del Servicio Penitenciario, que impactó de lleno contra el lateral derecho de la Toyota Hilux, a la altura del guardabarro y la cubierta trasera. 

Por la magnitud del choque, la camioneta oficial comenzó a dar tumbos, hasta que quedó detenida sobre uno de sus laterales, sobre la banquina. En el lugar trabajó el personal de salud de Pomona, que debió trasladar a uno de los custodios por las heridas que presentaba, en tanto que las personas restantes sufrieron golpes y raspones, pero ninguna herida de gravedad.

Por el crimen de Solano, Quidel fue considerado culpable de “homicidio agravado por alevosía y por haber abusado de sus funciones siendo miembros de una fuerza de seguridad, en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público”, por esta misma figura también están presos  Pablo Albarrán Cárcamo y Diego Cuello. 

Además, Sandro Berthe, Pablo Bender y Juan Barrera están condenados como coautores de los delitos de “homicidio agravado por alevosía y por haber abusado de sus funciones siendo miembros de una fuerza de seguridad, en concurso real con vejaciones”; y Héctor Martínez por “homicidio agravado por alevosía y por haber abusado de sus funciones siendo miembro de una fuerza de seguridad”. Para todos la condena fue de prisión e inhabilitación perpetuas.