Luego de unas vacaciones, la joven empleada regresó a su trabajo y saludó con un beso a cada uno de sus compañeros. Asimismo, intentó hacer lo mismo con su jefe, pero él se excedió al besarle los labios. La chica, con miedo y confundida, hizo el reclamo correspondiente por abuso y acoso. La empresa decidió despedir al hombre que llevaba 14 años de relación laboral, determinación que fue ratificada por la Justicia que entendió que la sanción fue proporcionada con la falta.
El hecho fue de manera sorpresiva y no fue producto de un mal movimiento de ninguno de los dos, sino que existió un abuso por parte del jefe de la empresa. Al intervenir la oficina de recursos humanos, decidieron despedir sin indemnización al hombre que llevaba 14 años a cargo de los empleados.
El jefe desempleado presentó una demanda en la Justicia laboral de Roca. Planteó que la medida fue desproporcionada y reclamó la indemnización correspondiente, más la antigüedad, días de vacaciones, proporcional de aguinaldo y algún otro rubro. Pero los jueces de la Cámara Segunda entendieron que la sanción estuvo justificada, por lo que rechazó la demanda.
En la causa quedó comprobado que la víctima era la empleada “más joven del equipo". Que además era "la más frágil desde su aspecto psicológico". Se demostró que había sufrido ataques de pánico y se encontraba en tratamiento.
Varios compañeros recordaron que el día del hecho, la joven había vuelto de sus vacaciones. Al entrar, saludó a todos con un beso en la majilla como de costumbre. Pero cuando llegó a su jefe, éste la abrazó con fuerza -de manera por demás efusiva- e inmediatamente después le besó los labios, sin conscentimiento por parte de ella.
La víctima entró en pánico y se encerró en el baño a llorar. Una compañera ingresó para contenerla y debió llamar a sus padres para que la vayan a buscar. En tanto, el jefe la buscaba permanentemente con la intención de "aclarar lo sucedido".
Luego se justificó ante las autoridades de la empresa: admitió el beso, pero que fue entre la mejilla y la boca. Además, calificó el hecho como un "exceso de efusividad" al tiempo que pidió disculpas. El gerente de la firma se presentó a declarar en el juzgado y recordó que el jefe reconoció que "no tuvo intención de afectar la dignidad" de la joven.